Ataques en la frontera

LUIS COELLO KUON YENG

Hasta antes del último ataque a militares en San Lorenzo, tan solo había existido afectación a estructuras materiales, pero esta vez las cosas no fueron tan benévolas, decantando en la muerte de tres militares pertenecientes a la Marina ecuatoriana. Los grupos irregulares siempre han estado presentes en la frontera con Colombia y sus “negocios” han persistido a pesar del acuerdo de paz firmado entre el Gobierno colombiano con Juan Manuel Santos a la cabeza, y las FARC-EP lideradas por Rodrigo Londoño. Tras este acto muchos depusieron sus armas para volver a la vida civil y optar por una existencia dirigida por leyes que hay que seguir.

En cambio, un gran número no se ciñó a este acuerdo, debido a que toda su vida han estado en la selva, no saben hacer otras cosas que aquellas que están acostumbrados a llevar a cabo. Estas actividades, todas ilícitas, son lucrativas, si consideramos como la principal el contrabando y tráfico de drogas como cocaína y marihuana y demás. Los nexos con poderosos y peligrosísimos carteles mexicanos, hacen que estos grupos tomen más fuerza tanto armada como legal a través de coimas y el soborno a autoridades civiles y militares.

Se movilizan en un sitio muy inexpugnable, la selva. Ellos no se detendrán principalmente por su arsenal con la cual realizan sus actos con total sevicia, el narcotráfico sigue siendo rentable. Millones de dólares se movilizan, libres de impuestos y sin que se espere su llegada mensual o quincenal. Considero que todo el corredor fronterizo norteño debe ser reforzado, los gastos serán ingentes claro que sí, pero si no enfrentamos esta situación, los irregulares tomarán espacio y sembrarán mucha más preocupación, miedo y temor, llevando a muchos al silencio para evitar ser víctimas de su venganza.

El Gobierno debe implementar políticas para que todos tengan oportunidades en educación, laborales, infraestructura al campesinado, empresarial. Para culminar, los orígenes del enraizamiento del narcotráfico son ineludiblemente los severos problemas sociales que nos aquejan. Lo que escribo lo sustento en una parte del libro, del colombiano Gustavo Bolívar Moreno: ‘Sin tetas no hay paraíso’.

Copia textual: “ni firmando mil pactos de paz con guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes, la paz iba a ser posible en nuestro país, porque la materia prima de la guerra, que son el hambre y la falta de oportunidades de educación y empleo, seguían enquistadas en las casas de nuestros barrios humildes -en las áreas rurales también- y en los corazones de nuestra gente triste”. Consideremos que este libro fue publicado en 2005.

[email protected]