Caro receso

Rodrigo Santillán Peralbo

Mientras el país está en crisis, el IESS en quiebra, el desempleo y subempleo crecen, el narcoterrorismo en apogeo con execrable secuestro a colegas periodistas, y la deuda pública que ya es impagable, la Asamblea Nacional está en receso. ¿Es irresponsabilidad extrema o agotamiento de tanto trabajo en beneficio del pueblo? Sobre todo con expedición de leyes y agotadoras fiscalizaciones, como para desquitar el enorme sueldo que perciben junto a grandes prebendas. Siguen en carpeta las reformas a Ley de Comunicación, a la Ley de Educación Superior, leyes específicas que permitan superar la crisis económica, por ejemplo.

¿Dónde está la Ley Anticorrupción que castigue a los delincuentes de esta naturaleza? Los acusados de ese monstruoso delito, si son condenados luego de un proceso jurídico limpio, deben sufrir penas de conformidad con lo que el pueblo aprobó en la Consulta del 4 de febrero. Ni las más duras penas son suficientes para castigar a los corruptos.

Es inaplazable modificar la Ley de Contratación Pública para que no quede ningún resquicio por el que pueda entrar la corrupción que está en la contratación de obras públicas no sólo en el Gobierno Central, sino también en municipios, consejos provinciales e inclusive en juntas parroquiales. Hay burócratas en todos los niveles, desde el más alto al más bajo, relacionados con la contratación que primero piden plata a quienes intervienen en licitaciones, o a quienes participan de -una u otra manera- en “concursos”. La empresa privada relacionada con sobornos y coimas debe ser castigada con ejemplar dureza; cárcel para sus gerentes y ejecutivos, y el cierre definitivo de la empresa.

Pero la Asamblea Nacional goza de un carísimo receso, quizá en cabildeos y en acomodos pactados. Todo lo que es urgente, que espere.

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