Ángel Polibio Chaves
La ejecución del plan económico del Gobierno exigirá un amplio trabajo legislativo en el que además del esmero que deberán poner los asambleístas para cumplirlo de la mejor manera, exigirá, en algunos casos, ponderar el interés partidista o el fundamento ideológico, con las necesidades de un país que requiere unidad para afrontarlas, de forma tal que, en el mediano plazo, sea posible alcanzar los necesarios equilibrios básicos para lograr crecimiento económico y justicia social.
Sin embargo, hay dos compromisos legislativos que no pueden soslayarse: el primero, al menos en el caso de los representantes de la provincia de Tungurahua, la reforma al Código Integral Penal en virtud de la cual se moderen las multas que allí se contemplan para ciertas infracciones de tránsito, como el superar los límites de velocidad, que tantos inconvenientes han ocasionado particularmente en el cantón Ambato.
El otro, que implica un problema de orden nacional, es la reforma sustancial a la Ley de Seguridad Social, de modo de procurar que los postulados de autonomía del IESS, y sobre todo de la naturaleza de sus fondos, en tanto en cuanto son propios y distintos de los del fisco y que deben destinarse exclusivamente al cumplimiento de los fines y funciones del Instituto, sean observados, lo que sólo podrá garantizarse en la medida en que el gobierno y la administración del IESS se encuentren ajenos al control del régimen de turno, anomalía que ha llevado a la crítica situación en la que hoy se encuentra, para lo que se debe partir de que el IESS es una institución comunitaria que pertenece a los afiliados y jubilados, quienes en su condición de dueños, deben organizar su administración en la forma más adecuada. Es URGENTE. Si hoy no se adoptan las medidas pertinentes, en dos o tres años será demasiado tarde.