Seguros y periodismo…

Roque Rivas Zambrano

El periodismo en tiempos de censura, violencia y amenazas se vuelve más riesgoso. Los contextos en que los reporteros están insertos determinan los niveles de seguridad a los que tienen acceso. Cuando pienso en este tema, recuerdo una anécdota que me parece pertinente, ahora más que nunca. Una de mis estudiantes y colegas, que fue a estudiar por ocho años fuera del país, cuando llegó a México pensó en trabajar como periodista. Su plan era colaborar con medios locales. Entre sus preocupaciones estaba el adquirir un seguro de vida. Sin embargo, cuando se acercó a la dependencia encargada y se presentó como reportera le dijeron que no daban seguros para periodistas.

En México, quienes se dedican a la tarea de informar desaparecen, son decapitados o descuartizados con total impunidad. Es imposible que una aseguradora los considere como clientes. Ante estas situaciones, organizaciones como la Federación Internacional de Periodistas se han aliado con compañías de seguros para idear planes especiales que cubran a todos los reporteros del mundo, incluyendo los que laboran en zonas de guerra. La idea surgió luego de que realizaran un estudio en el que se registró que “2.297 hombres de prensa han muerto durante los últimos 25 años”.

Con lo que ha pasado con los colegas de El Comercio, me pregunto si en las redacciones locales los periodistas cuentan con esta clase de seguros. Si cada vez que salen a reportear temas que tienen que ver con narcotráfico, corrupción o desastres naturales, tienen la certeza de que existe un documento que los respalde ante cualquier eventualidad. Es injusto que la seguridad de un periodista esté determinada por lo riesgoso de su trabajo. Se trata de un derecho laboral, que debe ser garantizado como en cualquier otra actividad…

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