Vale recordar

Creo que siempre deben recordarse las cosas buenas, que nos llenan de satisfacción, pero también merecen ser recordadas las cosas malas, por los daños que infringieron. Escuché que un candidato presidencial dijo, que los nombres de Cuenca y Ecuador no significan nada y otro por suelto de lengua ensimismado en su candidatura y al mismo tiempo como parlante de Correa dijo que gobernaría de veinte a cincuenta años, mostrándose como un vulgar imitador de Castro en Cuba, Ortega en Nicaragua, Chávez en Venezuela, o el lenguaraz de Maduro, entendiéndose que su gobierno llevaría la marca del Socialismo Siglo XXI, bajo el yugo del autoritarismo. Pero el títere de Correa fue más allá al pretender engatusar con mil dólares como oferta mentirosa a un millón de ecuatorianos y que ese valor se pagaría en los primeros días de su gobierno. Creo sinceramente, que esto sería una burla, como compra de conciencia, pero también sabemos que los ecuatorianos no somos tontos.

No debemos olvidar que Correa estuvo a punto de dejarnos embarcados en ese perverso Socialismo Siglo XXI, opresor de los pueblos. No debemos olvidar que Correa sacó la Base de Manta, acción que hizo que la droga fluyera a raudal en todo el territorio nacional e incluso que la Far incursionara libremente en la zona norte del país.

No debemos olvidar, que Correa fue el genio creador de la tabla de consumo de drogas y la hizo ley, que condujo a niños jóvenes y adultos a un consumo legalizado. Esta tablita criminal desarrolló el micro tráfico a nivel nacional y de manera masiva, con el aparecimiento de organizaciones delictivas. No debemos olvidar los radares que fueron una pantomima porque nunca funcionaron y las avionetas cargadas de drogas, cruzaron el cielo ecuatoriano libremente y usaron nuestro territorio, como pistas de aterrizaje.

No debemos olvidar que el títere de Correa fue quien aprobó la compra del avión presidencial, que realizó vuelos fantasmas sin permitir conocer destino, retorno, misión, mucho menos pasajeros, etc. Todo esto con una gran interrogante.

No podemos olvidar la farsa en la compra de los siete helicópteros Dhrur, con cuatro destruidos y algunas lamentables muertes de miembros de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, como tampoco podemos olvidar la muerte misteriosa del General Gavela en relación a la compra de los famosos helicópteros. No debemos olvidar los negociados en la venta de petróleo con perjuicios millonarios. No debemos olvidar el fraude de la repotenciación de la Refinería Esmeraldas y nunca olvidar los mil quinientos millones de la “Refinería del Pacífico” que quedó en nada, bajo el contubernio de Correa y Chávez.

No debemos olvidar un sinfín de obras de muchos millones de dólares, pero mal realizadas y con sobre precios. Como podemos olvidar a este Socialismo Siglo XXI si ha sido un simple disparate de Socialismo, pero sí identificándose como un real autoritarismo criminal, en donde los derechos y las libertades desaparecen y viven bien, solo aquellos que bajan la cabeza y rinden pleitesía al dictador, cuya autoridad no puede ser cuestionada y las leyes son hechas con perfiles de sus aberrantes disposiciones.

Carlos Cesar Concha Jijón