Paúl Rivas deja el mejor de los recuerdos en el vecindario

APOYO. Algunos de los vecinos de Paúl pusieron en sus portones lazos negros en señal, no solo de luto, sino de solidaridad y de rechazo a la violencia.
APOYO. Algunos de los vecinos de Paúl pusieron en sus portones lazos negros en señal, no solo de luto, sino de solidaridad y de rechazo a la violencia.

Vecinos del fotógrafo Paúl Rivas colocaron ayer crespones negros en sus viviendas en memoria del equipo periodístico asesinado tras ser secuestrado el 26 de marzo en Esmeraldas, en la frontera con Colombia.

Paúl Rivas vivía en uno de esos barrios del sur de Quito donde todos se conocen y se saludan. En estos sectores populares donde la vecindad se vive día a día y el contacto y la charla con la gente es espontánea. Los vecinos del fotorreportero de El Comercio ratifican que su personalidad era amable, alegre, bromista, solidaria, por lo que se hizo querer con facilidad.

Así, las anécdotas vuelven al recuerdo. Mónica Pillajo, quien vende mote en una de las esquinas, le define como buen muchacho, respetuoso. “Cuando llegaba venía directo acá y me decía: ‘vecina, tengo hambre, ya sabe cómo me gusta’. Cogía el mote, se sentaba y comía con una gaseosa”, manifestó Pillajo.

“Me solía decir: la cola, Rocío, por qué tienes caliente”, cuenta la propietaria.

Por eso, conocedores de su asesinato, junto al de Javier Ortega y Efraín Segarra, algunos de los propietarios de las viviendas aledañas a la que vivía Paúl, decidieron poner en sus portones crespones negros en señal no solo de luto, sino de solidaridad y de rechazo a la violencia.

Diversas instituciones lucieron ayer también las banderas izadas a media asta en señal de duelo por el asesinato de los colaboradores del medio de comunicación impreso.

De su lado, la Cancillería informó ayer que después de las reuniones con Colombia y otros países en busca de cooperación contra la violencia y luego de impulsar una declaración de la Cumbre de las Américas en apoyo al pueblo ecuatoriano, la ministra María Fernanda Espinosa interrumpió su permanencia en Lima y retornó a Ecuador. (DLH/EFE)