Venzamos al terrorismo

Giuseppe Cabrera

Hace poco más de un año el gobierno colombiano firmó la paz con las FARC, permitiéndoles incorporarse a la vida pública a través de un partido político, pero grandes grupos decidieron no plegarse a estos acuerdos de paz, uno de ellos el frente Oliver Sinisterra, liderado por alias ‘Guacho’, hoy enemigo público número 1 de Ecuador, él al igual que otros tantos, perdieron cualquier fin político que hubiesen podido tener y ahora son mercenarios, que buscan el lucro, a través del narcotráfico y el terrorismo, mucha información apunta a que sirven como seguridad de cárteles, incluso mexicanos, a los cuales permiten el paso de droga a los puertos ecuatorianos y de ahí a Europa y EE.UU.

Estos criminales han asesinado a nuestros compañeros periodistas, hoy al igual que México, con 12 periodistas asesinados en 2017, Ecuador se convierte en un país peligroso para ejercer el periodismo y nosotros limitados nuestros derechos y libertades ante el terrorismo trasnacional, aunque la rabia e impotencia nos invada, el fuego no se ataca con más fuego, está comprobado, nuestros hermanos colombianos lo han intentado por 50 años; es la política de seguridad, defensa y diplomacia, la que debe primar para detener este terror, Febres-Cordero no acabó con AVC, fue la entrega de las armas que negoció Borja, el plan Colombia y los paramilitares de Uribe no lograron terminar con la mayor parte de las FARC, fue Santos con la firma de la paz, la guerra civil en Siria no va a terminar con la invasión de Trump a Damasco y el Ecuador no va acabar con el frente Oliver Sinisterra, si su política solo se basa en la escalada de la violencia y la fuerza militar.

La solución a este problema y el pesar por Paúl, Javier y Efraín pasa por el ingenio que puedan tener para dar respuestas al clamor de seguridad y justicia, que demandamos todos, también es momento de regresar nuestra atención a los territorios olvidados de Sucumbíos y Esmeraldas, donde esta violencia se vive a diario, no hemos sido un territorio de paz, solo fue más cómodo mirar a otro lado, hay que recordar a Mataje, en donde no sabemos como está viviendo esa gente, probablemente esclavizada por el grupo narcoterrorista.