A dos años del terremoto de 7.8 grados de magnitud que azotó a Manabí y Esmeraldas, la transmisión de datos sobre los movimientos de tierra y los protocolos de respuesta frente a emergencias cambian en Ecuador.
Alexandra Alvarado, directora del Instituto Geofísico (IG); indica que este año estará listo un nuevo software que permitirá disminuir el tiempo que tarda este organismo en calcular la magnitud e intensidad de los sismos.
En la actualidad, el proceso tarda 12 minutos y con el nuevo software y equipos de transmisión satelital se aspira generar esa información en cuestión de ocho minutos. “Menos de eso es imposible”, sostiene Alvarado.
Los aparatos se están instalando frente a las costas de Esmeraldas, debido a que bajo esa zona hay una “acumulación de energía” que concita la atención de los científicos de Ecuador y Colombia en una franja de 200 kilómetros.
En las entrañas de Pedernales, epicentro del terremoto de 2016, las réplicas continúan, pero cada vez son menos frecuentes y de menor intensidad, lo que demuestra que la ruptura que hubo (debido al desplazamiento de unos 7 metros de la placa Sudamericana sobre la de Nazca) se ha estabilizado.
Protocolos
Los nuevos lineamientos, que están listos y se presentarán hoy, apuntan a establecer de manera clara las funciones que deben cumplir el Estado, las organizaciones no gubernamentales, la Academia y el sector privado ante este tipo de fenómenos.
663
personas fallecieron y otras 6.274 resultaron heridas a causa de este fenómeno natural.
“Nunca estaremos completamente preparados, lo que hacemos es generar un proceso de prevención para salvaguardar vidas”, indica la secretaria de Gestión de Riesgos, Alexandra Ocles, quien aclara que se busca “dar una asistencia efectiva a la ciudadanía”.
Para las organizaciones de la sociedad civil esto es clave, pues reconocen que en el terremoto pasado hubo descoordinación y duplicación de esfuerzos al momento de atender a los damnificados.
El Dato
Unas 4.500 réplicas tiene registradas el Instituto Geofísico del terremoto de Pedernales.Gabriela Benítez, de la organización World Vision, sostiene que esa coordinación debe darse “desde la prevención, la mitigación y no solo cuando ya sucede la emergencia”. A su criterio, se requiere de un mapeo de socios, actores y sus capacidades, para que la respuesta sea “mucho más oportuna y eficiente”.
También dice que se debe trabajar “en el fortalecimiento de capacidades de la gente” para responder ante este tipo de emergencias con el apoyo de los gobiernos locales. Le preocupa que todavía haya gente viviendo en albergues informales.
Benítez indica que la reconstrucción ha avanzado a un ritmo distinto entre las zonas urbanas y rurales, pues menciona que muchos de quienes viven en estas últimas todavía siguen tratando de recuperar sus modos de vida sin ayuda de nadie. (RVD)
Auxilio
Los cuerpos de bomberos aún trabajan en la homologación de criterios que les permitan actuar de una manera más eficiente. “Creo que ningún país en el mundo está preparado para un fenómeno natural de este tipo porque no sabemos la intensidad o lo devastador que sea, pero creo que estamos en condiciones de ser buenos respondientes”, sostiene Eber Arroyo, jefe del Cuerpo de Bomberos de Quito.
Construcciones
Desde los gremios vinculados al sector de la construcción se adelanta una nueva actualización de las normas que se deben tomar en cuenta para edificar casas o edificios y evitar la pérdida de vidas.
Silverio Durán, presidente de la Cámara de la Construcción, precisa que a los municipios les corresponde ejercer un control para minimizar que las edificaciones se levanten en zonas de riesgo.
Cifras
Avances en la reconstrucción
° $28,4 millones empleó el Ministerio de Inclusión Económica y Social para los bonos que fueron entregados a los damnificados desde mayo de 2016 hasta el 31 de julio de 2017.
° $328,9 millones destinó el Ministerio de Vivienda para atender a quienes perdieron sus hogares.
° 17.589 viviendas se entregaron en Manabí y Esmeraldas. Se construyen otras 6.578.
° 33.005 incentivos se dieron en las ocho provincias que tuvieron casas afectadas.