¿Correrán con la misma suerte?

Esta semana se informó del deceso de una profesora en Esmeraldas debido una enfermedad catastrófica y sin recibir el pago de la bonificación por sus 30 años de labor. El Ministro de Educación lamentó la pérdida y dijo que se hizo “todo el esfuerzo por pagar mientras la compañera jubilada estaba en vida” y que la falta de pago no pudo concretarse “por problemas administrativos que no dependieron del Ministerio de Educación”.

¿A quién culpar de tamaño atropello? El funcionario añadió que su Gobierno heredó una deuda de unos 1.200 millones de dólares por pago de valores pendientes a jubilados del sector público, de los cuales el 80% pertenecía al magisterio. En buen romance se podría entender que la ‘revolución ciudadana’ no priorizó algo tan esencial.

¿Cómo hacer una revolución dejando de lado deberes fundamentales en materia de derechos laborales y, sobre todo, humanos? Es estremecedor conocer que en 2017 el Estado invirtió 185’ 020.104,61 para el pago de jubilaciones, en beneficio de 3.987 servidores y trabajadores del sector, cerca de 10.000 esperan ese pago, entre ellos 9.284 que se acogieron a la jubilación no obligatoria. Los culpables, ¿pueden dormir tranquilos?

Desde el siglo XIX, para mandatarios tan diferentes en ideología como Rocafuerte o García Moreno, el impulso a la educación fue prioritario. Este año se prevé jubilar a 77 docentes que cumplirían 70 años hasta diciembre de 2017. ¿Correrán la misma suerte de la profesora esmeraldeña? ¿Engrosarán esa multitud silenciosa que espera que la sociedad le retribuya dignamente por sus servicios luego de entregares los mejores años de sus vidas?


Los desatinos están ahí en el tablero, listos para ser cometidos”. Savielly Tartakower. Maestro de ajedrez francés (1887-1956)Es cierto que vivimos tiempos crueles, también es cierto que estamos en tiempo de prodigios”. Sergio Pitol. Escritor mexicano (1933)