“Los ecuatorianos son seres raros y únicos: duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes” Alexander Von Humboldt, no podría tener más razón, pero hoy esta tranquilidad ha terminado. El volcán Cotopaxi ha incrementado su actividad en niveles que no han sido registrados en más de un siglo. Latacunga, Cotopaxi, Ecuador y el mundo entero están pendientes de la situación actual del volcán activo más alto del planeta.
Los acontecimientos del fin de semana son solo una evidencia de lo escasamente preparados que estamos frente a un acontecimiento de esta magnitud. Hemos tenido que esperar a ver una columna de ceniza de 5 kilómetros coronando el cráter del volcán para empezar a preocuparnos de verdad. Las autoridades, con todos sus aciertos y errores, están llamadas, hoy más que nunca, ha liderar un proceso de capacitación, prevención e información para gestionar los riesgos de una posible erupción. Y los ciudadanos, a más de criticar o protestar, debemos hacer una autocrítica y entender que las autoridades no están para resolvernos los problemas ni salvarnos la vida, la educación y preparación para una eventual crisis debe empezar en nuestros hogares. Todos hemos descuidado una obligación que debió ser atendida hace mucho tiempo.
La información ha sido canalizada por voceros oficiales, el Ministro Coordinador de Seguridad ha hecho presencia en nuestra ciudad, el COE esta activado con todos sus miembros, y a pesar de la tardía respuesta el trabajo esta haciéndose. La ciudadanía debe cumplir su parte: informarse bien, no alarmarse, actuar con responsabilidad frente a rumores, brindar la colaboración necesaria y conscientemente organizarse para seguir las instrucciones en el momento adecuado.
Ya no es tiempo para seguir buscando culpables, hoy es tiempo para encontrar soluciones. Autoridades, ciudadanos y medios de comunicación debemos hacer un gran compromiso para mitigar los posibles efectos de un evento adverso.
@afabaratorres