Vía Conocoto de Quito se conoce como la “vía de los perros”

TRANQUILIDAD. Uno de los cachorros del vecindario de Chachas de La Argelia permanece junto a la vía a Conocoto.
TRANQUILIDAD. Uno de los cachorros del vecindario de Chachas de La Argelia permanece junto a la vía a Conocoto.
TRANQUILIDAD. Uno de los cachorros del vecindario de Chachas de La Argelia permanece junto a la vía a Conocoto.
TRANQUILIDAD. Uno de los cachorros del vecindario de Chachas de La Argelia permanece junto a la vía a Conocoto.
TRANQUILIDAD. Uno de los cachorros del vecindario de Chachas de La Argelia permanece junto a la vía a Conocoto.
TRANQUILIDAD. Uno de los cachorros del vecindario de Chachas de La Argelia permanece junto a la vía a Conocoto.
TRANQUILIDAD. Uno de los cachorros del vecindario de Chachas de La Argelia permanece junto a la vía a Conocoto.
TRANQUILIDAD. Uno de los cachorros del vecindario de Chachas de La Argelia permanece junto a la vía a Conocoto.

Hay personas que lanzan panes o comida desde los autos. Esta arteria es conocida como la ‘vía de los perros’.

Es posible que ‘Negrito’ nunca llegue a tener un monumento como el perro de la película que esperó a su dueño durante años, pero su paciencia siempre le garantizará un pan al día.

El peludo aguarda con los ojos fijos en la carretera y lo hace acompañado por otros cinco perros. Se ubican a un costado de la vía que conecta Conocoto con la Av. Simón Bolívar y siempre están atentos a cada auto que pasa. Saben que en cualquier momento habrá un bocadillo que saldrá disparado desde una ventana.

Esta rutina la han mantenido desde hace cerca de cuatro años, cuando se inauguró la vía. En un día normal, al menos 40 perros deambulan a lo largo de 5 kilómetros a la espera de los benefactores que, probablemente, no saben que ellos sí tienen dueños.

Por la mañana, Carmen H., la propietaria de ‘Negrito’, saca la ropa para tenderla en los alambres del patio. Confirma que tres de los perros que están en la calle son suyos y que salen libremente porque su casa no tiene cerramiento. “Se acostumbraron a estar afuera y contra eso ¿qué se puede hacer?”, se cuestiona.

El sector donde viven estos astutos animales es Chachas de La Argelia pero mucha gente lo conoce como la “vía de los perros”.

Problemática
Adentro de la casa de Erlinda Monte hay cinco perros que ladran cuando alguien se acerca. Entre ellos hay una hembra que permanece amarrada. “Es la más bandida y hay que tenerla así”, dice la mujer, quien ha vivido en el sector desde hace 30 años, cuando la vía a Conocoto ni siquiera estaba en planes.

Para ella y sus hermanas, la solución ha sido no dejar salir a sus mascotas en ningún momento porque saben que se exponen a distintos peligros. Dice que no hay muchos atropellamientos pero que los perros sí ensucian y “en las noches se vuelven bravos”. Su hijo ha evitado que lo muerdan en varias ocasiones.

Otro de los malestares que tienen son los ladridos a coro que no los dejan dormir. Por varias ocasiones, la familia Monte ha participado en las sesiones de la comunidad en las que inclusive se ha “prohibido” tener tantos perros.

EL DATO
La vía tiene dos carriles y conecta Conocoto con la Av. Simón Bolívar.Por esa y otras razonas, desde hace un tiempo, Fabián R. ha empezado a tomar medidas con sus mascotas. Afuera de su terreno descansan tres canes adultos y cuatro crías de un par de meses. A todos los llevó a esterilizar hace unas semanas. Ya no quiere que se sigan reproduciendo. Él asegura que los alimenta bien y que están afuera porque “se dan modos para salir”.

Cuando logra identificar a las personas que les lanzan comida pide que no lo hagan, pero es difícil porque pasan a todas horas. Hace un mes un grupo animalista, del que no conoce el nombre, colocó recipientes para comida en las calles pero “ni siquiera han vuelto a poner comida”, menciona con humor.

En el tiempo que vive en Chachas (43 años, desde que nació) ha sido testigo del cambio. Antes de que la vía asfaltada pasara por ahí no tenían ese problema. Reconoce que el sector aún tiene una dinámica rural en la que los perros ayudan a cuidar al ganado y los terrenos. Espera que con la esterilización disminuya el problema.

Panorama
En menos de un segundo, el pan que salió por la ventana de un auto en movimiento cae al suelo. Lo agarra un pequeño perro negro que siguió su trayectoria sin alejarse del borde de la carretera. Son las 12:00 y el auto que frenó brevemente hace una segunda parada para alimentar a otro perro. Después acelera y se pierde en las curvas de la vía a Conocoto.

Mientras la carretera se acerca más al barrio 6 de Diciembre (antigua vía a Conocoto) los grupos de perros que esperan se hacen menos numerosos. Junto a los conjuntos de casas se observa uno o dos separados por unos 500 metros.

Algunos están sucios y se les notan los huesos pero otros tienen buena apariencia. En el trayecto también se ven los cuerpos de dos canes que seguramente fueron atropellados y aún nadie los ha retirado. (PCV)

‘Problema complejo’
° Para María Victoria Melo, codirectora de Lucky Bienestar Animal, “el problema es muy complejo” porque en este caso no se habla de perros abandonados sino de animales que tienen dueños. La activista, quien ha trabajado de cerca en el rescate animal junto a María Alejandra Reyes, que mantiene un albergue de animales domésticos en situaciones crónicas, dice que los animales actúan por instinto. “Mientras haya gente que los alimente ellos seguirán al filo de la vía esperando con paciencia”, sostiene.

Recuadro

Conozca

Cifras en Quito
° 600.000 animales de compañía hay en la ciudad.
° 100.000 se encuentran en buen estado.
° 100.000 están en abandono.
° 400.000 tienen ‘permiso’ de sus dueños para vagar.
Fuente: Urbanimal

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