¿Habrá algún genio?

CARICAtURA. De izquierda a derecha, Gabriel García Márquez, Emily Dickinson, Roberto Bolaño, Fleur Jaeggy y Juan Villoro (primera fila); J. M. Coeetze y John Berger (segunda fila), y Nicanor Parra, Edward Said, Fernando Vallejo, Noam Chomsky y Mario Vargas Llosa (tercera fila). (Autor: Fernando Vicente/El País)
CARICAtURA. De izquierda a derecha, Gabriel García Márquez, Emily Dickinson, Roberto Bolaño, Fleur Jaeggy y Juan Villoro (primera fila); J. M. Coeetze y John Berger (segunda fila), y Nicanor Parra, Edward Said, Fernando Vallejo, Noam Chomsky y Mario Vargas Llosa (tercera fila). (Autor: Fernando Vicente/El País)

Alejandro Querejeta Barceló

Hay afirmaciones relativas a la literatura que abruman y asombran. Para Harold Bloom (Nueva York, 1930) no existe “en el Canadá francófono, en portugués en Brasil, en español, tanto en el Caribe como en México, y en toda Latinoamérica, así como en otras lenguas, incluido el yiddish, y por supuesto en inglés, superando incluso a William Faulkner, a Herman Melville y a Henry James”, ningún escritor más original que Walt Whitman.

A principios del siglo XX, al escritor colombiano José María Vargas Vila (1860-1933) se le tenía por el más original de su tiempo. Vargas Vila en nuestros días conserva admiradores que van más allá: le consideran un genio.

De Vargas Vila hay una frase a propósito del desproporcionado juicio de Bloom: “Sólo en las regiones de la fantasía es dado crear; crear es la misión del genio”. Pero Vargas Vila no llegó a ser genio, sino una indiscutida celebridad de su tiempo.

Tal vez Rubén Darío fue, en verdad, uno de los pocos genios que hemos tenido en Hispanoamérica. Sin embargo, aparte de las universidades donde se le incluye en los programas de literatura, muy pocos en el continente vuelven a sus páginas voluntariamente. Desde luego, algún poema se repite aquí y allá, y en Nicaragua, por fortuna, se le venera con todo merecimiento.

En ese reducido clan de genios hispanoamericanos, ¿cómo prescindir de Montalvo, Martí, Rodó, Vallejo, Neruda o Borges? Sin duda los integrantes del llamado ‘boom’ de la novela latinoamericana que aún viven, hoy ancianos o a punto de serlo, no se sentirían cómodos si dijéramos que de entre ellos no podemos espigar un genio.

El Diccionario de la Real Academia, al definir a un genio, menciona que se trata de un “grande ingenio, fuerza intelectual extraordinaria o facultad capaz de crear o inventar cosas nuevas y admirable”. Y cita como genio a Calderón de la Barca. Mas Bloom solo confiere el título de tales a Shakespeare, Dante y Cervantes.

En fin, en este mundo nuestro tan díscolo, ¿habrá realmente algún genio, alguien capaz de crear o inventar, en materia literaria, cosas nuevas y admirables? Habría que salir a buscarlo, como Diógenes, con una lámpara en pleno día. Y tal vez no encontremos otra cosa que mediocridad y egolatría.

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FRASE

«¿Habrá realmente algún genio, alguien capaz de crear o inventar, en materia literaria, cosas nuevas y admirables?”