POR: Manuel Báez R.
Todos conocemos sobre el trágico desenlace de los tres trabajadores de El Comercio, que terminó en el cobarde asesinato a manos de los disidentes comandados por alias ‘Guacho’. Este acontecimiento indignó tremendamente a todo el pueblo ecuatoriano y llenó de dolor en nuestros corazones; condenamos el acto criminal cuyas heridas no cicatrizarán jamás. El propio Correa en su equivocado mandato expulsó la Base de Manta, desmanteló las Fuerzas Armadas, entre otras acciones…
Los sueños liberadores de la revolución ciudadana, proclamados por Correa, no hicieron ningún avance por salvaguardar la soberanía del país en la frontera norte, concretamente en Esmeraldas, San Lorenzo y Mataje, a pesar de que las fuerzas disidentes de las FARC anunciaron que por su cuenta se reorganizarán, como realmente sucedió. Esto comprueba que Rafael Correa desde el principio de su mandato defraudó sus promesas, así como en ninguna parte modificó realmente la estructura del poder subyacente en el interior de sus ideas dictatoriales.
Esto se demostró porque conservaba un control virtualmente permanente de los sistemas del Gobierno representativo. Todo para que el dirigente alias ‘Guacho’, ponga en estado difícil a todo nuestro Ecuador con grupos disidentes.
Es estrictamente necesario controlar este grave fenómeno, para lo cual las estructuras políticas del Estado no se pueden quedar quietas frente a tan graves complejidades, porque amerita urgentemente la confección de decisiones internacionales colectivas; como vemos este es un caso muy delicado y no se solucionará sino con la tarea de establecer instrumentos de control muy potentes y, al mismo tiempo, encontrar apoyo internacional y humano a fin de lograr positiva solución a tan angustioso problema que requiere hacer frente a estas complejidades actuales.
Solo cuando veamos que la vía diplomática ha ejercido su función tendremos la oportunidad de haber encontrado la solución. No queremos soluciones intermitentes que la final no dejarán de preocuparnos de forma importante.