20 años de servicio

Juana López Sarmiento

Son las 04:00 de un día cualquiera y en la vía Quevedo-Babahoyo, un hombre sentado en una camioneta espera al camión repartidor que lleva desde Quito la edición impresa de La Hora de Los Ríos. Él es Wilson Delgado, jefe de circulación del medio, quien realiza esta labor desde el primer día en que empezó a circular nuestro diario.

Tres kilómetros más adelante decenas de canillitas esperan la llegada de Wilson para tomar los ejemplares y empezar a vocear ¡La Hora, La Hora! en todos los cantones de la provincia.

La circulación es el último eslabón de una larga cadena de procesos y actores que hacen posible que el público se entere de lo que sucede a su alrededor, en el país y el mundo.

En las calles Bolívar entre la tercera y cuarta, a finales de 1997 una larga fila de jóvenes, carpeta en mano, esperaban su turno para ser entrevistados por representantes del Diario La Hora de Quito quienes buscaban personal para abrir sus oficinas en la ciudad de Quevedo.

El clima era caluroso y casi no se podía respirar ante el tumulto que taponaba las escaleras e impedía el paso; poniendo orden, pudimos finalmente comenzar la tarea. A todos extrañaba el hecho de que un medio quisiera tener su asiento en la segunda ciudad de Los Ríos ya que todos buscaban la capital provincial, pero La Hora conocía la pujanza, el desarrollo que experimentaba la ciudad y la laboriosidad de su gente que merecía le informen lo que sucede en su terruño. Venciendo los temores, los jóvenes se sometían a las pruebas de rigor.

Así se fue escogiendo el personal para cada uno de los departamentos. Entre ellos sobresalió una joven con gran destreza para dominar la computadora y conocimiento del oficio de diagramar páginas. Ella es Marlene Asunción Yantalema Puente, una de las fundadoras y quien desea continuar en el periódico hasta que Dios lo permita porque “el periódico me gusta, he aprendido mucho, conozco a mucha gente y me entero de las noticias primero”, dice con la madurez que los años le han impuesto.

Marlene no solo ha crecido en lo profesional; madre de Karla Madeleine Arévalo Yantalema, ahora tiene una razón más para realizar su trabajo con la eficiencia que la caracteriza.

La diagramación permite que textos y fotos vayan colocándose en una página en blanco, dándole forma y facilitando su lectura. En los tiempos actuales, la puesta en escena de una página se ha facilitado con la estructura de módulos donde se colocan todos los elementos de un contenido previamente determinado, las fotos, infografías, fotografías y avisos.

Los medios de comunicación son empresas periodísticas y, como tales, solo cuentan con tres fuentes de financiamiento: aportes estatales a través de entidades gubernamentales, la publicidad de entes privados y públicos y el valor que los lectores pagan cuando compran el periódico.

Las ejecutivas de cuenta son la cara de la empresa ante los clientes. Presentan las bondades del producto, sus fortalezas, las diferencias que existen con otros medios y el por qué la necesidad de anunciar para vender. En la mayoría de empresas periodísticas, estas personas tienen sobre sus hombros la sostenibilidad empresarial

En La Hora está completamente diferenciada la publicidad de la información.

Los contenidos de los medios se ajustan a las políticas editoriales establecidas por sus directivos y responden, primordialmente, al interés ciudadano.

Escoger a los periodistas que se encargarán diariamente de llevar la información a los lectores es una tarea titánica; no vamos a cuestionar las deficiencias de las aulas porque, ante todo, la tarea la realiza quien tiene real vocación de servicio y sacrificio ante una profesión muchas veces incomprendida por quienes ostentan el poder de cualquier índole.

Ralph Fuentes fue el primer editor de La Hora Quevedo. Sobre sus hombros recayó la responsabilidad no solo de editar el diario sino, diariamente, ir formando a los nóveles periodistas. Es imposible acordarse de todos quienes han pasado por esta Redacción y los distintos departamentos, pero valga la oportunidad para agradecerles por todo lo que dieron para la consolidación del periódico.

Fundar una empresa periodística no es fácil y mantenerla requiere de sacrificio, sapiencia, responsabilidad, tolerancia y libertad para ejercer una profesión incomprendida por todos los gobiernos que ven en la prensa un obstáculo a su labor y tratan de amordazarla.

Baste recordar lo acontecido en la década pasada cuando la prensa ecuatoriana sufrió los peores vejámenes de su historia y aún algunos no se reponen de la autocensura que imperó.

Cumplimos 20 años de servicio a la comunidad. En todo este tiempo hemos sabido granjearnos las preferencias ciudadanas pues nuestro mayor baluarte es la credibilidad.

Cuando iniciamos nuestras labores no habían medios de comunicación impresos en el cantón Quevedo. Hoy tenemos una gran competencia a la que se suma la proliferación de medios gratuitos y la incontenible expansión del Internet. Nuestras visitas a la web nos demuestran que gozamos de la aceptación de nuestros lectores y nuestra creciente circulación nos hacen predecir que sobreviviremos al periodo decadente del papel.

“20 años no es nada”, decía Gardel en su famoso tango; las batallas por el pensamiento son más largas y La Hora está dispuesta a seguir luchando. Además, no hay que olvidar que la prensa son los ojos, oídos y expresión de la sociedad frente al poder y que la credibilidad es nuestro único baluarte y real poder.