Y así pasan los días…

MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE GÓMEZ

Amables lectores: luego de un descanso obligado, heme aquí para expresar en base al título que por cierto no es bolero, el cúmulo de frases que nos aquejan fuertemente a los ecuatorianos particularizándonos a los esmeraldeños. Siguen pasando los días y recordamos momentos aciagos, de dolor, tristeza, proferidos por la mente absurda y abrupta que no conoce el amor, la piedad, el respeto, la calidad humana, a Dios.

Estamos contritos con el corazón lacerado en procura de tener la verdad y los cuerpos de nuestros hermanos ecuatorianos avasallados por la fiereza humana y los tentáculos de la miseria cancerígena del hombre que vive con el alma envenenada y que piensa que la casa del olvido es el cementerio pero que para los seres que razonan, descifran como los familiares, los amigos, los compañeros de trabajo y profesión, perviven en el tiempo. La expresión de solidaridad es inmensa, cayeron los investigadores e informantes de la verdad, cayeron los militares en su fiel función del deber con su rango militar, no se sabe nada de los turistas desaparecidos y así pasan los días.

Cada vez nos enteramos de cruentas verdades que menoscaban el nombre del país, que avergüenza porque en Latinoamérica se fundieron en delitos los representantes del siglo XXI, siglo de la corrupción. Todo era de esperarse, nada de lo que ha sucedido y sigue sucediendo llama la atención como producto de enfermedades mezquinas y psicológicas; hay sendas manifestaciones y expresiones que aún no se dicen a vox populi pero el maligno tapa y destapa y lo que no se dijo ni salió a flote en 10 años se lo dice en un día.

De la educación en estado crítico ya lo sabíamos los educadores que nos perfilamos en las aulas por más de 48 años; del avance de la tabla a favor del consumidor sobre estupefacientes ya era de imaginarse el fácil y libre comercio y consumo; del deterioro económico del IESS, era de esperarse porque mientras muchos aportamos grandemente, otros, tienen los mismos derechos aportando poco y con carga familiar; de los asesores fantasmas por docenas en la democracia dorada, era de imaginarse, el uso del dólar en forma excesiva deterioró la economía del país.

El incremento de la burocracia lo palpamos por ejemplo en el Ministerio del Buen Reír, o perdón, del Buen Vivir; de los viajes excesivos con tantos gastos ni qué hablar, de la guardia en Bélgica no será fácil derogar el decreto? Parece que se han olvidado de ello, es un despilfarro más de dinero ante el único caso presidencial pues, nunca antes se ha hecho escoltar con tanta exclusividad a persona alguna.