JOFFRE DAZA QUIÑÓNEZ
Y sin un líder, luego de la deuda monstruosa que nos dejó RC, que sobrepasan los 60 mil millones de dólares, sin posibilidades de cubrir ni los intereses o servicio a esa deuda, con instituciones como el IESS que se le robaron todos los fondos que le pertenecen a los afiliados y jubilados, determinismo mágico por una política macroeconómica perversa que ha debilitado no solamente la institucionalidad del país, sino también el aparato productivo, sin posibilidades de reactivación de la economía a corto o mediano plazo, lo cual deja como consecuencia la falta de empleo.
Jóvenes que deambulan por las calles con su título en la mano sin posibilidad alguna, por lo cual toman la decisión de salir del país en busca del sueño americano, a costa de jugarse la vida como el caso de los dos ecuatorianos que murieron en el intento al pretender desesperadamente llegar a EE.UU escondidos en el guarda llantas del avión. Lamentablemente decimos que no vemos posibilidades de soluciones macro a mediano plazo, por cuanto nos hemos quedado sin líderes; no hay ni uno solo en la Asamblea Nacional, todos calificados como los alza manos y lacayos al servicio del que fue su jefe, claro está, él los ponía a dedo sin considerar su preparación, la única condición era que sean obsecuentes al ejecutivo.
Cómo recordamos a líderes mundiales caso Winston Churchill, líder de los ingleses en la segunda guerra mundial, quien, a pesar de los destrozos causados por los alemanes, declaró a su pueblo en uno de los discursos más cortos que se haya conocido, dos frases, “Optimismo, venceremos” y así fue este invencible luchador, que era conocido por su inquebrantable valor humano, que ponía en juego su vida como estratega al encabezar las fuerzas armadas aliadas en los frentes de combate ante Hitler, arengando a los militares aliados, por lo cual comentaban que a Churchill le gustaba el olor a pólvora; que en definitiva junto a Roosevelt y Stalin lograron ganar la guerra a los alemanes, lo que permitió el desarrollo de Europa y EE.UU.
Es urgente cerrar esta triste década perdida, sepultando políticamente para siempre a todos los ovejunos; debemos confiar en los jóvenes, debemos apostar por una nueva generación de políticos, siempre buscando aquellos que tengan preparación de la doctrina política y buena fe. Es hora de que se vayan todos los lacayos de RC y que se nombre a jóvenes honorables y capaces; tienen la palabra los señores miembros de la Comisión de Participación Ciudadana Transitoria.