En caballo prestado

SHAKESPEARE ABARCA CÓRDOVA

Los disminuidos representantes del correísmo que aún quedan, ante la necesidad de reagruparse como un movimiento legalmente aceptado, no les ha quedado otro remedio que subirse en caballo ajeno y se han aliado con el Movimiento Acuerdo Nacional (MANA), es notorio que estos últimos ovejunos son los más afanosos en tal acuerdo y no pueden ocultar su alegría al hablar de su alianza medio desesperada y de última hora; eso contrasta con las declaraciones escuetas, lacónicas y no muy felices del máximo representante de MANA, quien de entrada ya les expresó que si Correa es hallado responsable por la justicia en función de lo que se ha llegado a conocer, pues, tendrá que responder ante ella, es más habrá que esperar lo que digan las bases se este movimiento sobre sus nuevos socios y cómo asimilarán los fanáticos del exemperador las palabras de su nuevo aliado sobre la posibilidad de juzgar a su gurú, a quien siempre divinizaron.

Esta apurada alianza hace evidente la desesperación de los correístas por no perder su vigencia y recuperar sus privilegios y canonjías, que hoy son cosas del pasado, se saben repudiados por al menos un 80% del pueblo, cuando en sus declaraciones intentan sonreír, lo que esbozan es una mueca destemplada ya no despliegan las acostumbradas movilizaciones como en la década perdida, ya no hay poder para obligar a nadie, ni recursos públicos para pagar gente, ni buses, ni sánduches, ni colas, ni banderas, es patético verlos que ahora aunque nadie les niega el paso como ellos lo hacían, no llenan ni la cuarta parte de la Plaza Grande, bien vale parafrasear para ellos las canciones: “ya se cayó el arbolito…” y “que pena me da mirarlos cuando los miro…”.

Pero es triste aceptar que el último reducto de los adoradores de Correa, fanáticos del mamotreto ideológico llamado socialismo del siglo XXI y su autodenominada revolución ciudadana, es el propio palacio de Carondelet donde pululan correístas mal disimulados y falsamente arrepentidos, gracias a una benevolencia poco entendible del presidente Moreno, no habrá notado que los colores azul y verde flex aún son repelentes y repulsivos para miles y miles de familias ecuatorianas, para aquellos que sufrimos abusos y vulneración de derechos por parte de quienes soberbios se identificaban con esos colores; que ellos necesitan de él, pero él de ellos para nada, que son un estigma y una carga, que mientras actúe con la decencia, la sensibilidad, la mesura y la inteligencia que lo ha hecho, jamás estará solo, que el Ecuador es su partido.

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