Exorcizar la infamia

ORLANDO AMORES TERÁN

Soportamos 10 años de robo, ofensa, engaño, despilfarro y cinismo sistémicos. A ello se agrega la propaganda que hace apología de canallas y tiranos que destruyeron: Cuba, Venezuela, Nicaragua, teniendo como referente al criminal Stalin, quien asesinó 20 millones de personas, obligó al exilio a 6 millones y envió a prisión a 18 millones. Este granuja, antes de dormir, firmaba sentencias de muerte. Afirmaba: «No hay nada más dulce, que saciar una venganza y luego ir a dormir». Ocultaron su brutalidad, lo hicieron aparecer como el padre de la URSS, quien recibió un país con arados de madera, y lo convirtió en potencia nuclear.

«Creemos lo que queremos creer». Ése es el mentor ideológico de todos los canallas de la historia narco-comunistas en América; por eso hay que exorcizar el castro-narco-comunismo, implementado en la década infame 2007-17. El modo de hacerlo, es conformar Comisiones de la Verdad en cada provincia, y una Comisión Nacional que revelen el gran saqueo de los bienes nacionales y a los miembros de la organización criminal, con vínculos internacionales, que conformaron un partido político para atracar Ecuador y abusar de su pueblo.

Con ello evitamos que monstruos, ineptos, mediocres, cínicos y ladrones, sean convertidos en ídolos populares. Que el Gran Arquitecto del Universo, permita que el gran ratero de la historia del Ecuador, vaya preso y se hagan públicas todas sus fechorías, y las de sus peones; para que nunca más, vuelva a detentar poder, la crapulería comunista. Por ello, es imprescindible defender el mandato popular, que es el ejercicio directo de la democracia. Está por sobre la Constitución y las leyes; porque procede de la primigenia manifestación del pueblo.

En otro orden, hay que exigir se permita la tenencia y porte de armas; estamos rodeados de delincuentes, narco-políticos, guerrilleros comunistas, terroristas. Si el taxista asaltado, hubiese tenido una arma, el delincuente no lo asesinaba, porque el arma disuade. Tenemos derecho-obligación de preservar nuestra integridad individual, familiar, nuestros bienes. La consigna es: denunciar el atraco, exigir la devolución de lo saqueado y cárcel para los rateros.

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