RICARDO VERA CALDERÓN
Outsider a alguien nuevo en la política, con potencial para posicionarse en el imaginario colectivo, y con capacidad de destruir los esquemas de candidatos tradicionales. Muchos se autoproclaman outsiders, pero deben entender que no todo personaje nuevo en política es un outsider. Es común por estas épocas escuchar éste término que personifica la idea de una propuesta que se aparte del típico sistema político. Para elevarse a ese estatus, un prospecto debería reunir cuatro requisitos:
Primero: Disponer de competencias acordes al perfil del objetivo, lo que implica estudios formales de tercer nivel, un conjunto de habilidades para relacionarse públicamente, actitud de servicio, sensibilidad a los problemas, y poseer valores morales y éticos que no generen dudas.
Segundo: Contar con un programa serio de gobierno, planeado a mediano y largo plazo, con proyectos de impacto para satisfacer las necesidades categóricas de la comunidad, los mismos que tienen que ser focalizados a cada realidad de territorio, y alcanzables con los recursos disponibles y obtenibles.
Tercero: Contar con un equipo de trabajo técnico multidisciplinario, que se articule con el plan de gobierno, el mismo que será la base fundamental para administrar la cosa pública, evitando así las improvisaciones que son la antesala del fracaso en la gestión.
Cuarto: No haber participado para el cargo objetivo, y generar militancia a través de organizaciones formales, lo que le permitirá sostener un proyecto a largo plazo, basado en un nuevo modelo de gestión participativo y descontaminado.
Entonces para los que dicen ser outsiders, que tengan en cuenta que es más, muchísimo más que salir por alguna red social, acompañado de cuatro amigos, para decir que son los salvadores.