Hace apenas dos meses no podía creer la designación de María Elsa Viteri como Ministra de Finanzas, su pasado correísta en la misma cartera me hacía pensar que el cambio que estábamos sintiendo era únicamente de forma mas no de fondo y que en líneas generales íbamos a tener más de lo mismo pero con un discurso distinto, hay ciertas decisiones en este Gobierno que son difíciles de entender, por un lado Lenin se rodea en su círculo íntimo de personajes como María Fernanda Espinosa conocida socialista, izquierdista, anti imperialista, pro cubana, amiga de Ortega y Maduro así como también de Gustavo Larrea que si bien se disgustó y se alejó de Rafael Correa hay que recordar que son parte del mismo costal, por otro lado el presidente se junta también con empresarios como Pablo Campana para el manejo del comercio exterior y ahora con Richard Martínez como nuevo Ministro de Finanzas, y es que al parecer no existe mucha coherencia en el tema, tienes una Canciller que alaba a Castro y Chávez y por otro lado Campana haciendo “malabares” para mejorar nuestra relación comercial con los EE.UU., la verdad es que a veces pienso que tenemos un gobierno bipolar.
La designación de Martínez frente a la cartera de economía es una buena noticia para quienes creemos en el libre mercado, en una economía de puertas abiertas, de dialogo, de alianzas estratégicas con el sector privado, de acuerdos con nuestros principales socios comerciales como EE.UU. y Europa y sobre todo de mantener una política económica prudente y responsable y no de despilfarro y gasto excesivo como nos tuvieron acostumbrados, con 37 años Martínez venía desempeñando el cargo de Presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano, es un economista de la Universidad Católica con un Postgrado en Economía Internacional de la Universidad de Barcelona además se desempeñó también como Presidente Ejecutivo de la Cámara de Industrias, su objetivo según anunció es garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas y promover el crecimiento económico para generar empleo, esperemos que el Gobierno mantenga esa línea de coherencia y ortodoxia pues necesitamos más perfiles como el de Richard Martínez y menos como el de María Fernanda Espinosa.