Fecha gloriosa

Por: Franklin Barriga López

Los pueblos hermanos de Venezuela y Nicaragua están luchando por su libertad. Sufrimientos, atropellos y muerte es el precio que pagan para sacudirse de las tiranías que les impusieron, bajo el membrete de socialismo del siglo XXI, generador de odio, arbitrariedades, corrupción y miseria.

En buena hora, por votación en las urnas nuestro país dio un giro con respecto a ese indeseado tipo de gobierno. Acorde a ello, corresponde, urgentemente, que se termine con los rezagos de aquellos totalitarios que siguen incrustados en altas funciones del Estado; de lo contrario, no se entenderían los proclamados cambios que son anhelo y reclamo de la gran mayoría de los integrantes de nuestra sociedad.

Los ecuatorianos somos amantes de la libertad que la hemos alcanzado luego de sacrificios inmensos. En la Historia se encuentran relatos de episodios que sirven para aleccionar a las generaciones presentes y venideras; la Batalla de Pichincha es uno de ellos.

Con este acontecimiento que tuvo lugar el 24 de mayo de 1822, el triunfo de los patriotas consolidó la Independencia del actual Ecuador, luego de varios años que duró la campaña emancipadora, llena de reveses y victorias.

Esta fecha, por simbolizar una de las mayores epopeyas, debe ser celebrada mediante actos acordes a su gran significación. De esta manera, con el recuerdo de esta clase de hechos heroicos, la memoria colectiva se enriquece con informaciones que alientan el civismo, indispensable para incentivar el amor a la Patria, el progreso, la cohesión y el orgullo nacionales.

La oportunidad es propicia para pedir que se reactive el funcionamiento de la Comisión Permanente de Conmemoraciones Cívicas, que viene solicitando la Academia Nacional de Historia.

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