Construyendo el siguiente populismo

Salvatore Foti

Rafael Correa ha logrado gobernar por diez años y el pueblo, al votar por Moreno, ratificó su voluntad de que se diera continuación al proyecto de la Revolución Ciudadana. Los votantes se identificaron con visiones y mensajes populistas y pegajosos que, de no haber sido renegados por el actual mandatario, ahora seguirían instalados, felices y campantes, a lo largo y ancho del país.

Sin embargo, los que gobiernan y los que muy pronto pretenden gobernarnos parecen no entender y volvieron a las viejas recetas que los han hecho” fracasar”, electoralmente hablando, una y otra vez. Volvieron los expertos y todos los que saben a contarnos que las cosas ahora andan bien (o inclusive súper bien). Volvieron para decirnos, desde una posición vertical y ostentosamente catedrática, que no hay de qué preocuparse, pues la economía está recuperándose y el diálogo triunfará.

Argumentos tan ortodoxos y nauseabundos que solo lograrán, más temprano que tarde, reposicionar a los populistas. Las mayorías que ayudan a ganar las elecciones odian a los expertos, pues lo que dicen casi nunca coincide con la condición o situación cotidiana de las personas comunes, quienes anhelan mantener su trabajo, si es que lo tienen, y tener ‘cusqui’ para comprar las listas de útiles y sustentar a sus familias con dignidad.

Estos electores son los que típicamente castigan a todos los ‘expertos’ y, a menudo, terminan votando por los que están más comprometidos con los intereses de los que mandan o se dedican a tranquilizarnos desde una mirada ridículamente alejada de las necesidades inmediatas.

Hablar de recortes en el gasto público y al mismo tiempo no proporcionar obras tangibles solo ahondará y enfatizará un enésimo rechazo en las urnas. Tal como ocurrió con los triunfos de Abdalá, Gutiérrez o del mismo Rafael Correa. Todos encarnan la expresión de rechazo frontal a los poderes ortodoxos.

Hace falta un poco más de autocrítica y mucha más obra desde el Ejecutivo. A todo esto debe acompañarlo un discurso más imaginativo y original. Este Ejecutivo ha sido capaz de recobrar valores importantes, sin embargo, sigue sin saberlos capitalizar.

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