Incentivos para la Inversión

AUTOR Ángel Polibio Chaves

Definida la inversión privada como el eje del desarrollo económico para los próximos años, lo que desde luego no puede significar que se limite la inversión pública sobre todo en los campos de la educación, la salud y la seguridad, resulta coherente el proyecto de ley que con el carácter de urgente, ha sido remitido por el Presidente de la República a la Asamblea Nacional para su trámite constitucional.

Más allá de los anunciados incentivos como la exoneración o eliminación gradual de ciertos tributos, resulta importante destacar tres aspectos fundamentales adicionales en el mencionado proyecto: el retorno al concepto de limitación de la responsabilidad para los socios y accionistas de sociedades mercantiles; la orientación hacia el desarrollo armónico y equilibrado del país en su conjunto, mediante incentivos regionales; y, la simplificación de trámites y requisitos para la empresa.

El primer aspecto resulta trascendente, porque significa retornar a la lógica de los principios básicos del Derecho Societario, y sin duda va a generar confianza en quien tiene la intención de invertir en este tipo de sociedades, lo que, es de esperar, redunde en el incremento de la inversión en distintos sectores económicos.

El segundo aspecto, si bien no es suficiente, esperamos que sea una señal de que en un futuro próximo se puedan establecer incentivos más efectivos para equilibrar las ventajas que ofrecen Quito y Guayaquil respecto de otros espacios nacionales, pues es obvio entender que no es solamente por el incentivo tributario que el inversionistas decidirá ubicar sus recursos en lugares distintos a estos dos polos de desarrollo.

Finalmente, en la medida en que las políticas y los servidores de las entidades del Estado se conviertan en facilitadores de la gestión empresarial y no en sus obstáculos, se podrá aspirar a nuevas inversiones para el desarrollo económico y social del Ecuador.