Elección desatinada

Juan Sebastián Vargas

En realidad debería ser un verdadero honor para el Ecuador y para toda Latinoamérica que por primera ocasión una mujer ecuatoriana acceda a la presidencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero lamentablemente no es así; y es que debemos profundizar en el análisis para entender las cosas objetivamente partiendo desde los principios básicos de dicha organización en donde el compromiso se manifiesta a favor del estado de derecho como cimientos indispensables de un mundo más pacífico y próspero, en donde la justicia debe prevalecer, además de mantener la paz y la seguridad del mundo promoviendo la amistad entre los países, mejorar el nivel de vida apoyando el progreso económico y social además de defender los derechos humanos.

Es realmente inentendible cómo podrán ser defendidos y respetados estos propósitos por una persona que ha idolatrado y respaldado a estados que exactamente hacen todo lo contrario a los principios de las Naciones Unidas como Venezuela, Cuba o Nicaragua en donde se ataca el progreso económico, se coartan las libertades, se atenta contra los derechos humanos, donde el nivel de vida disminuye agresivamente y donde las normas y leyes cada día son vulneradas, a todo ello se debe sumar la ligereza y poca prudencia con la que se manejó la crisis de violencia en la frontera norte a inicios de año.

A parte de lo expuesto, resulta inadmisible y hasta jocoso que el Ecuador al ser el país proponente será quien se encargue de correr con absolutamente todos los gastos de María Fernanda Espinosa durante su estancia en los Estados Unidos tales como salario, viáticos, domicilio entre otros ya que al no ser empleada de la ONU, el país patrocinador es quien se encarga de todo, eso significa “en buen romance” que todos los ecuatorianos en realidad lo pagaremos.

Espinosa ha manifestado que actuara de manera imparcial y objetiva con una presidencia de puertas abiertas escuchando las posturas de los distintos países, honestamente lo dudo, y como dijo acertadamente en Twitter el presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, Pablo Arosemena Marriott: “El sueño del socialista del siglo 21… defender la dictadura de Venezuela, viviendo en Nueva York”.