Los cráneos de Morton

LUIS COELLO KUON YENG

La última edición de abril de National Geografic, me pareció muy interesante, puesto que aborda el tema del racismo intolerante y las diversas barreras que nos dividen, aunado al tema genético y la ciencia que demuestra aspectos fascinantes de la evolución y que al final de cuentas resulta que todos compartimos los mismos genes y lo externo, o sea, nuestros caracteres físicos, son tan solo cosas que nos han aparecido según la localización geográfica de nuestros ancestros, cambios influenciados por los aspectos climáticos del entorno, en donde se desarrollaron o migraron.

Si entendemos esta situación, entonces ¿cómo surge la segregación? y lo que más inquieta ¿ha sido la ciencia capaz de servir como base para dividimos y separamos, al punto de oprimir a minorías o mayorías en base a la fuerza? Dentro de la misma revista repasan los conceptos de Samuel Morton, un médico americano que basó sus estudios (de inicios del siglo XIX) para la distinción racial de acuerdo con las características físicas de diversos cráneos que él logró acuñar. Para Morton existían cinco ‘razas’ jerarquizadas por Dios para influir una sobre las demás. Esto es: los blancos una raza muy inteligente, luego los mongoles, seguían los asiáticos surorientales, más abajo los nativos o ‘indios’ americanos y por último los ‘etíopes’, así llamaba él a los afrodescendientes, considerándolos el último eslabón en la creación.

En su época, estos conceptos fueron ampliamente aceptados ni siquiera discutidos e implementados como justificativo para reprimir a personas de diversas razas sobre todo los negros. A Morton se lo llama el ‘padre del racismo científico’ porque su legado directa o indirectamente influyó para justificar actos sanguinarios, mortandad desmedida; horrores perpetrados en los últimos siglos pueden atribuirse a la existencia de estas supuestas ‘razas inferiores’, como lo fue el Holocausto judío en la Alemania Nazi o el Apartheid en Sudáfrica, o la colonización y represión de la conquista británica en la India, la lucha por los derechos civiles de los negros americanos abanderada por Martin Luther King Jr.

Podemos imaginar que en nuestros tiempos y de una manera realmente incómoda, el legado de Morton aún vive entre nosotros, puesto que las distinciones raciales aún moldean nuestra política, nuestros barrios y hasta nuestro sentido de identidad. Esto está basado en los actuales hechos de violencia entre israelíes y palestinos, entre surcoreanos y norcoreanos, entre rohinyás y birmanos. No nos toleramos por ser diferentes, despotricamos contra otros por ser distintos. Educación, creo que ese es el camino para sembrar y luego cosechar tolerancia y abolir el racismo.

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