NASA: pudo haber existido vida en Marte

DATOS. ‘Curiosity’ aterrizó en Marte en 2012 y desde entonces busca huellas de vida en el pasado.
DATOS. ‘Curiosity’ aterrizó en Marte en 2012 y desde entonces busca huellas de vida en el pasado.

En Marte hay moléculas orgánicas, y el metano en la atmósfera varía cíclicamente: como nunca antes, el planeta rojo parece tener todos los requisitos para haber albergado la vida y, tal vez, recibirla todavía.

Los datos, enviados a la Tierra por la misión Curiosity de la NASA, serán publicados en Science y no son todavía una prueba de la vida. Pero sí indican una fuerte probabilidad de que hace tres mil millones y medio de años Marte haya reunido los requisitos para albergarla.

El descubrimiento de las moléculas orgánicas sobre Marte que realizó Curiosity es importantísima en vista de la misión ExoMars 2020, organizada por la Agencia Espacial Europea (ESA) y Rusia, y destinada a perforar el suelo marciano hasta dos metros de profundidad gracias a un taladro construido en Italia.

Hallan materia orgánica más compleja hasta ahora en Marte – Fuente: AFP

Los astrobiólogos europeos ya saborean los resultados que podrán llegar excavando en las profundidades del planeta rojo, dijo el astrobiólogo John Brucato, del Observatorio de Arcetri, del Instituto Nacional de Astrofísica (INAF).

«Además de demostrar, por primera vez, que moléculas orgánicas importantes para el origen de la vida están presentes en Marte -observó Brucato- Curiosity muestra que estas moléculas consiguen sobrevivir en ambientes hostiles como la superficie del planeta rojo, continuamente alcanzada por los rayos cósmicos y la radiación solar ultravioleta».

Esta noticia «nos alegra mucho, como europeos, por nos permitirá obtener importantes resultados gracias a la misión europea ExoMars, que analizará muestras hasta una profundidad de dos metros bajo la superficie de Marte», dijo el científico.

Las moléculas orgánicas fueron descubiertas por Curiosity en el cráter Gale, que el explorador-laboratorio está investigando desde el 6 de agosto de 2012: «Se conservaron en la arcillita de origen lacustre en la base de la formación Murray, de 3.500 millones de años de antiguedad», escribió en Science el grupo coordinado por Jennifer Jennifer Eigenbrode, del Centro Goddard de la NASA.

El increíble laboratorio miniaturizado de la misión Curiosity, el Sam (Sample Analysis at Mars), excluyó toda duda sobre una eventual contaminación, pero no logró aclarar su origen: podría ser el testimonio de una vida pasada, o alimento de formas de vida existentes, o algo independiente de la vida. Lo que es seguro es que si la materia orgánica fue hallada cerca de la superficie de un ambiente hostil como el marciano, aumentan muchísimo las probabilidades de hallarla en el subsuelo.

Una esperanza enorme para la misión ExoMars 2020 de la Agencia Espacial Europea (ESA) y Rusia, que perforará el suelo marciano hasta dos metros de profundidad.

En el mismo número de Science el grupo del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, coordinado por Christopher Webster, describe las primeras oscilaciones del nivel del metano.

El metano en la atmósfera marciana había sido descubierto en 2004 por la misión Mars Express de la Agencia Espacial Europea (ESA), y desde entonces se preguntaba sobre la procedencia de este gas, considerado como uno de los indicadores fundamentales de la vida.

Se pensaba que el descubrimiento de eventuales variaciones estacionales hubiera podido ser indicador de una surgente aún activa en el planeta rojo.

La respuesta llegó ahora, nuevamente de parte de Curiosity: las variaciones estacionales en el nivel del metano fueron vistas y, según los investigadores, «son consistentes con pequeñas surgentes de metano localizadas en la superficie y en el subsuelo».

Para saber más habrá que investigar: el origen aún es desconocido y la presencia de formas de vida es solo una de las hipótesis, aunque cada vez más fundada.

‘Curiosity’ aterrizó en Marte en 2012 y desde entonces busca huellas de vida en el pasado. Con sus casi 900 kilos de peso y unas medidas de 3 por 2,7 metros, es el robot móvil de investigación más grande que ha sido enviado al Planeta Rojo hasta ahora.