MANUEL BÁEZ R.
Es caótico, indisciplinado, abusivo y criminal el sistema de transporte motorizado en la ciudad de Ibarra; en general todos los habitantes y visitantes corren serio peligro de verse afectada su salud, por la contaminación tóxica que tiene el aire que respira todo el mundo con las grandes bocanadas que despiden los autobuses de servicio urbano, esto es no respetar la vida humana, ni la tranquilidad, peor ni la seguridad de quienes transitan por las calles.
Esto sucede a vista y paciencia de los señores vigilantes del tránsito que ven esta horrible contaminación como quien ve llover.
¿A quién poder exigir, rogar, denunciar, etc., para lograr que se imponga orden y se discipline debidamente a los profesionales del volante que son parte del servicio de transporte urbano en el aspecto de contaminación del aire, con toneladas de gas tóxico que se expande por todas las calles de la ciudad que transitan los buses urbanos? ¿Qué se necesita aún más víctimas para despertar la sensibilidad de los directores de la comisión de tránsito? ¿ O tenemos que resignarnos a seguir abandonados a nuestra suerte “per secuela seculorum?.
Para cumplir correctamente con el servicio de transporte urbano, una de las normas es aquella de mantener técnicamente el funcionamiento del vehículo dedicado a este servicio en lo tocante a los gases venenosos existen pequeños dispositivos que incorporados al funcionamiento, neutralizan la expedición de gases negros, así sea el funcionamiento con combustible de petróleo. Sabemos que el mundo moderno entrega la utilización de este combustible y también da la solución con la incorporación de estos accesorios para no tener dificultades. No es que se quiere molestar a nadie. El propósito es alertar a todos por la salud general.