Dos décadas de Copérnico, el centinela europeo para observar la Tierra

PANORÁMICA. Llamas y humo en Los Ángeles. Fotografía tomada por el satélite Sentinel 2 el 5 de diciembre de 2017. (ESA)
PANORÁMICA. Llamas y humo en Los Ángeles. Fotografía tomada por el satélite Sentinel 2 el 5 de diciembre de 2017. (ESA)

Redacción BAVENO (ITALIA),
EFE

La Unión Europea (UE) celebró el miércoles el vigésimo aniversario del programa Copérnico. Es una constelación de satélites clave para tomar el pulso al planeta azul, en áreas como la polución aérea, las catástrofes naturales, la evolución de los cultivos o el comportamiento de las masas de agua.

“Cuando mi hija me pregunta qué es Copérnico, le digo que es el mayor ‘selfie’ que te puedes hacer”, resumió el responsable del departamento de la Comisión Europea (CE) que gestiona ese programa científico, Mauro Fachini, en la ceremonia celebrada en Baveno, un tranquilo paraje en el norte de Italia, donde nació Copérnico.

El programa, que la CE y la Agencia Espacial Europea (ESA) definen como el más ambicioso de la historia dedicado a observar la Tierra, es la evolución de lo que antes se conocía como GMES. Compila datos de unos 30 satélites y cuenta con media docena específicamente desarrollados para su misión, los llamados Sentinel (centinela).

Envían datos valiosos

Esos ‘ojos’ que Europa ha puesto en el espacio envían a la Tierra una ingente cantidad de datos recopilados en forma de imágenes de amplio espectro y mediciones radar.

Estos se procesan en su mayoría en el Centro Común de Investigación de la CE, un complejo científico interdisciplinar a orillas del lago Maggiore, en el norte de Italia, donde trabajan más de 2.000 personas en distintos ámbitos y proyectos.

Una de las muchas tareas de Copérnico consiste en medir las variaciones en las masas de agua de la superficie terrestre, es decir, la evolución de los lagos, que se contraen y se expanden, y los cambios en el curso de los ríos.

De esos distintos mapas con ‘fecha y hora’ del planeta, cuyos datos se ponen gratuitamente a disposición de la comunidad científica, se extraen modelos que sirven para que los expertos hagan proyecciones sobre cómo se comportará nuestro planeta. La potencia de computación que requiere generar esos modelos es tan descomunal que, siguiendo con el ejemplo de las masas de agua, si se hubiera empleado un único computador corriente para procesar la información, habría hecho falta encenderlo en tiempos de Carlomagno, en torno al 808 d.C.

“¡Y eso solo para la utilización de un modelo y una sola vez!”, comentó el responsable de la unidad científica de la CE dedicada a la Seguridad Alimenticia, Alain Bekward, quien explicó que Google cedió parte de sus equipos informáticos para ese proyecto en concreto.

Lo destinado

El actual presupuesto de la Comisión Europea para 2014-2020 le consagra al programa Copérnico 4.300 millones de euros (4.982 millones de dólares). Y para el periodo 2021-2027, el Ejecutivo comunitario ha propuesto elevar la dotación hasta los 6.720 millones de dólares, si bien la cifra final aún debe negociarse con el Consejo y el Parlamento Europeo.

“Nuevas misiones de Copérnico, como la vigilancia de las emisiones de CO2, permitirán que la UE se convierta en líder tecnológico en la lucha contra el cambio climático, en consonancia con los compromisos en virtud del Acuerdo de París”, asegura la Comisión Europea en su propuesta presupuestaria a largo plazo.

Detalles
Motor de crecimiento

Más allá de una herramienta científica y política, el programa Copérnico es, además, un motor de crecimiento económico capaz de impulsar empresas tecnológicas que se nutren de sus datos para ofrecer sus servicios y aplicaciones.

Según la CE, Copérnico genera hasta 4.000 empleos al año en la UE y aportará 131.000 millones de euros (151.779 millones de dólares) de beneficio a la sociedad europea entre 2017 y 2035, es decir, 20 veces más que la inversión que precisa.

“Lo bueno de Copérnico es que su continuidad está garantizada”, lo que facilita que las empresas se animen a invertir, dice el experto en monitoreo del suelo Michael Cherlet.

Seis satélites

Copérnico cuenta con seis tipos de satélites para la vigilancia terrestre, oceánica y atmosférica de la Tierra. Los Sentinel 1: estudian la Tierra con un sistema de radar, una tecnología que permite la observación incluso cuando las nubes o la oscuridad de la noche cubren una superficie.

Los Sentinel 2: ofrecen imágenes ópticas con las que se puede controlar el crecimiento de las plantas y el retroceso de los glaciares, o buscar pateras perdidas en el Mediterráneo. Los Sentinel 3: tienen como objetivo estudiar la topografía terrestre o las temperaturas y la coloración del mar y la tierra, datos muy relevantes para la observación del clima.

Sentinel 4 y Sentinel 5: miden la composición de la atmósfera desde una órbita geoestacionaria y una órbita polar, respectivamente. Sentinel 6: permitirá obtener datos precisos sobre los océanos. (elpais.com)