La ley del vivo

Juan Sebastián Vargas

Después del partido entre Colombia y Japón, nos causó revuelo la actitud de algunos malos hinchas que tuvieron la osadía de publicar en redes sociales como un gran trofeo situaciones fuera de la educación y la ley, primero el haber ingresado licor al estadio cuando es prohibido y es que lamentablemente no solo pasa en Colombia sino en toda Latinoamérica, se lo podría tomar hasta con jocosidad porque estamos acostumbrados a ello, a no cumplir con la ley o a buscar la forma de evadirlo, sin embargo, lo hacemos en conciertos, estadios, eventos, etc. aquí cabe un “mea culpa” a todos los latinoamericanos, lo vemos como normal pero en realidad es algo que debemos cambiarlo, lo más grave de todo es que ocasionó que este alto ejecutivo de una aerolínea sea despedido inmediatamente, para algunos una medida descabellada mientras para otros justa, la verdad es que fuera de cualquier criterio y partiendo de la imagen de la compañía que no permite este tipo de situaciones que van en contra de sus valores corporativos, el hecho genera un precedente y un ejemplo para todas las personas para que aprendamos a comportarnos, especialmente si estamos en otro país.

Pero lo que más vergüenza y estupor ha causado de todo lo que vimos en redes fue la burla, grosería e irrespeto con la que otro hincha aprovechándose de la diferencia de idioma insistió para que dos japonesas repitieran frases de insulto hacia ellas mismo de una manera ordinaria y ruin, igualmente lo subió en redes sociales seguramente para causar gracia en su grupo de amigos pero trascendió a tal punto que hasta la Cancillería Colombiana tuvo que actuar en un comunicado insistiendo en que ése no es el proceder de sus conciudadanos.

No se trata de la gran mayoría de colombianos por supuesto a quienes consideramos mucho, más bien estos comportamientos son el vivo reflejo de lo que es nuestra cultura y educación en toda Latinoamérica, y como dijo a diario El Tiempo el historiador de la Universidad Nacional de Colombia, Fabio Zambrano; “en nuestra sociedad se ha impuesto la cultura del vivo, del avión, del comportamiento que valora el romper las reglas y salir impune» y esto se debe también al “bajo riesgo de castigo, social o legal”.