El verano es la mejor época para emprender camino hacia las distintas montañas que tiene Ecuador.
Junio, julio y agosto son los meses que en Ecuador se presentan las condiciones ideales para la práctica de senderismo de montaña, un deporte, que a pesar de exigir un gran esfuerzo físico, permite a los viajeros ejercitarse, disfrutar del ambiente, beneficiar su salud y compartir momentos dinámicos con sus acompañantes.
Entre algunos de los rincones que poseen caminos exclusivamente destinados a esta práctica están Lloa-Guagua Pichincha (Pichincha); 10 km caminando alrededor del Quilotoa (Cotopaxi); el Qhapaq Ñan, el sistema vial Andino declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad, en la zona de Ingapirca, al sur del país; en Imbabura hay 12 km de sendas en Cuicocha, 8 km en los alrededores de las lagunas de Mojanda y 3 km en Limpiopungo; y en la laguna La Toreadora, en el Cajas (Azuay), están 3,7 km aptos para caminatas.
Aventura
Para las personas intrépidas existen sugerencias que pueden hacerse en uno o varios días, dependiendo de la ruta escogida. Por ejemplo, están los 38 km que van desde Achupallas, en Alausí (Chimborazo), hasta Ingapirca (Azuay). Esto forma parte del Camino del Inca, que lleva al aventurero por viejos caminos precolombinos, que atraviesan por zonas donde la vida rural andina se mantiene casi intacta.
También está la ruta del cóndor, que ofrece una vista espectacular de los picos de los nevados como el Antisana, el Sigcholagua y el Cotopaxi.
Para una conexión entre la Sierra y la Amazonía, la alternativa es la vía que va desde Oyacachi, pequeño poblado ubicado al sur del nevado Cayambe, hasta el Chaco (Napo). Los 42 km de este tramo llevan por ruinas pétreas, granjas, colinas aplanadas, incluso es posible llegar a la Reserva ecológica Cayambe-Coca.
La ruta Lloa (al sur de Quito)-Mindo (al noroccidente en San Miguel de los Bancos), es el recorrido perfecto para los aventureros extremos que escogen caminar, por detrás del volcán Pichincha, 60 km, atravesar ríos, escalar rocas e internarse en un bosque.
Entre las varias rutas con más exigencia con las que cuenta el Ecuador están Chugchilán-Pacayacu (Cotopaxi), Atillo-Macas (Morona Santiago) o Saraguro-25 de Mayo (Loja).
Equipamiento
A quienes gustan del senderismo, deben saber que las condiciones ambientales de los ecosistemas ecuatorianos pueden variar con facilidad. Así, se recomienda utilizar la vestimenta apropiada para poder sortear las temperaturas que se presenten en el lugar a recorrer.
Un mapa o GPS, una mochila equipada con alimentos no perecibles, agua, botiquín, gafas, protector solar, bastones, silbato, navaja, manta de supervivencia, linterna y baterías, entre otros objetos, es el equipo indispensable que se debe llevar. Y si la aventura está planificada para varios días, hay que incluir un equipo de acampar. Si es que no conocen bien el área, se recomienda contactar y contratar guías especializados, que en la mayoría de los casos son los habitantes de los mismos poblados donde comienzan los senderos. Esta sugerencia pretende evitar pérdidas o accidentes. (CM)
Los caminos de la historia
° Previo a la llegada de los incas, el territorio ecuatoriano estuvo habitado por comunidades de paltas, malacatos, calvas, entre otras. Ellos crearon una red de chaquiñanes (caminos) utilizados como atajos para recorrer diferentes distancias, señala el Ministerio de Turismo en un comunicado de prensa.
Se añade que la adhesión de estos grupos al Imperio Inca permitió que la relación entre los pueblos se dinamizara cultural y económicamente a través de esta red de caminos que se fue unificado en el siglo XV, con el fin de desarrollar un fuerte proyecto administrativo, político, cultural y militar: el Tawantinsuyo.
Hoy, varios de los vestigios de estos sitios son utilizados como senderos que unen las regiones del país y permiten realizar largas caminatas.
Una excursión por la salud
° El senderismo de montaña, también conocido como trekking, es un deporte al aire libre que consiste en avanzar a pie por caminos establecidos que demandan de esfuerzo físico, pero que aportan beneficios para la salud.
El corazón, los músculos y los huesos se fortalecen, ya que los ascensos y descensos mejoran la presión arterial, tonifican la masa muscular; los pulmones se expanden y reciben aire fresco y puro. Por las rutas del país se respira salud, se hace turismo y se disfruta de la naturaleza; se conocen tradiciones, culturas, costumbres y se descubren bellos paisajes.