El bailarín y coreógrafo español es uno de los referentes de la danza contemporánea. Un repaso a su trayectoria.
Daniel Abreu llegaba a Quito, por primera vez, con tres premios Max bajo el brazo, tras ser el gran triunfador de la edición 21 de los galardones españoles. Mejor espectáculo de danza, con ‘La desnudez’, e Intérprete masculino de danza y Coreografía, por ‘La delicadeza’, fueron las categorías con las que se alzó el bailarín y coreógrafo canario, uno de los referentes de la danza contemporánea.
Finales de junio, y el Teatro Variedades era su casa. Allí presentó su obra ‘Cabeza’, una puesta donde el cuerpo se bambolea entre la violencia y la espiritualidad, entre el construir y destruir, es decir, entre lo humano.
En su paso por Ecuador, donde soportaba la inclemente altura quiteña, Abreu, quien cumple 15 años al frente de su compañía, conversó con Diario La Hora.
¿Cuánta cabeza le metiste a ‘Cabezas’?
Había tanto corazón en ese momento de mi vida, que tuve que poner mucha cabeza. No suelo entrar al estudio con una vivencia personal, pero esta vez había una que me estaba arrasando. Tuve que poner todo en orden.
¿Cómo construir y destruir desde el cuerpo?
La destrucción es una parte inherente de lo creativo. La destrucción siempre es algo fundamental en cualquier proceso. Para mí es fundamental romper los papeles para construir cualquier cosa. En esta obra, en concreto, se presenta muy fragmentada; se habla desde el shock al recibir una noticia; entonces, me interesaba mucho entender a la conducta desde las múltiples lecturas que puede haber sobre esa noticia. Como ves, había mucho que destruir para construir.
¿Cuál es la mejor crítica que te han hecho?
‘No lo entendí, pero me encantó’. (risas)
Más allá de la comprensión, debe haber empatía…
Efectivamente, esa es mi preocupación. Claro, no siempre se consigue. Como dije, hay muchas miradas y alguien puede ir con la idea de querer comprender la historia desde una lógica principio-final. Toda manera de mirar es respetable.
¿Y tú qué prefieres tú?
Soy de los que me gusta sentarme y relajarme. Trato de que la obra me vaya llevando: siempre veo hasta dónde me lleva.
Tienes formación en ballet y has apostado por lo contemporáneo, ¿cómo conjugar lo clásico con lo contemporáneo? ¿Se complementan o distancian?
En mi caso, la danza clásica me ayudó a formar mi cuerpo, a codificarlo, a ser muy técnico. Lo otro me ha permitido tomar mi propio camino. Tienen sus encuentros, el cuerpo se comunica desde ambas maneras. El cuerpo se mueve por los sentimientos que te van arrasando.
Has pasado por algunos grupos hasta hacerte un nombre. ¿Cuánto le debes a esos procesos colectivos?
Las compañías con las que he trabajado me han regalado una manera de ver, me han dado una manera de hacer. La escuela es como el papá y la mamá de la parte artística, pero después uno debe independizarse. La idea es que uno siga produciendo, porque si reproduces lo que te han entregado, de cierta manera lo terminas pervirtiendo.
¿Qué representa para el Teatro García Lorca?
Es la historia de España, me encantan sus puestas, pero las suyas. Las versiones modernas a veces me ponen un poco nervioso.
Me refería al teatro, a aquel espacio donde hiciste un solo por 2003 y arrancaste por tu cuenta…
Uy, mira, eso no me lo esperaba. Te referías a un recuerdo. Fue algo importante esa presentación porque me llevó a muchas partes. Fue un punto de arranque. Gracias por el recuerdo, porque tengo mala memoria.
Pese a tu mala memoria, puedes decirme qué queda y qué se ha perdido de aquel Daniel que arrancaba en 2003…
Voy a empezar con lo que sí ha cambiado. Siento que ahora me presento más confiado ante los demás, como que en el pasado era más inseguro; quizás, gracias a las experiencias que se ha vivido, voy poniendo las cosas en su lugar de una manera más madura. Lo que queda es que soy muy adicto al trabajo, y no lo hago por cubrir horas, lo hago porque me gusta y hay temas que ameritan mucho esfuerzo y me los vuelco por completo.
¿Qué representa llegar a Quito, cuando justo cumples 15 años?
Siempre hay miedo en un sitio que no conoces, pero estoy muy contento. Lo primero que me ha sorprendido es el paisaje, se me hace muy próximo a Canarias: montañas, la distribución geográfica, lo urbano y lo natural. Me siento en casa. (DVD)
FRASE
La destrucción siempre es algo fundamental en cualquier proceso”.
Perfil
Daniel abreu
° Bailarín y coreógrafo español (Tenerife, 1976). Formado en ballet clásico y danza contemporánea. Obtuvo el Premio Nacional de Danza 2014, en la modalidad de Creación. Este año, obtuvo los premios MAX a Mejor espectáculo de danza, con ‘La desnudez’, e Intérprete masculino de danza y Coreografía, por ‘La delicadeza’.