Inseguridad en el Ecuador

MESÍAS MESTANZA SOLANO

La delincuencia ha superado todo límite de control en el Ecuador; pues en cada ciudad existen muchas bandas organizadas que han azotado a la ciudadanía. Han quebrado muchos negocios, no por mala administración, sino por el robo del que han sido víctimas por varias ocasiones. Quién pude sostener que no ha sido víctima de los delincuentes. Los principales delitos contra la propiedad son: robo, hurto y asalto en las calles, en locales comerciales, en domicilios, robos en afueras de los bancos, robo de vehículos, hurtos de celulares; todo esto al tratarse de delitos que la doctrina los trata como infracciones menores, Qué diremos de los delitos mayores como asesinatos, homicidios simples, violaciones, secuestro exprés, plagio y en fin…Ahora bien, nadie puede desconocer que la policía con sus grupos de élite, preparados en el exterior desarticulan bandas diariamente, hasta poniendo en riesgo sus vidas, pero es imposible, dado a la arremetida delincuencial que cada día se preparan más y más, inclusive con armamento de grueso calibre, cuyo permiso de porte no necesitan, a la par que se desarmó a la población civil al exigir muchos requisito para su registro; pues hemos de entender que a nivel de campo o en la misma ciudad, una escopeta de veinte y cinco dólares debe estar registrada, caso contrario irán a parar a la cárcel ya sea por porte( de tres a cinco años, o por tenencia de seis meses a un año).

Estoy seguro, que si nuestras Fuerza Armadas salen a las calles, disminuirán los delitos, dado el respeto que aún mantienen… Pero que nuestros legisladores en lugar de pasar peleando y defendiéndose casos propios, deberían hacer leyes claras para que Fuerzas Armadas también salgan a las calles a respaldar a la Policía. Claro está que no se trata sólo de control policial o militar, sino que debemos ir más allá, a efecto de mejorar en valores a nuestros niños y jóvenes; tenemos que aumentar el empleo, el sistema de salud y lo que es más, nuestro sistema de rehabilitación que en la práctica no existe; capaz de que quienes han egresado de las cárceles salgan con un empleo y con un mínimo instrumental de trabajo que sirva para sustentar a sus familias.

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