Que la justicia brille

SHAKESPEARE ABARCA CÓRDOVA

Hace algunas semanas asistí a una asamblea, en su mayoría conformada por maestros y directivos educativos que fuimos defenestrados injusta e ilegalmente de nuestros cargos, atropellando derechos constitucionales y laborales, principalmente la sujeción al debido proceso.

Entre 2011 y 2016, oscuro periodo para la educación de Esmeraldas, se actuó con saña contra quienes no claudicamos en nuestra posición ante el abuso y la prepotencia, no ser incondicional era visto como peligroso para el régimen y sus capataces de turno provinciales y zonales. A quienes no bajaron la cérvix se les hiperbolaron “razones” o perversamente se les inventaron causas y motivos cancelando de sus cargos a buenos y honestos servidores, con muchos años de limpia y esforzada trayectoria en la educación, algunos por jubilarse, sin pensar en lo inhumano que fue dejar en zozobra y sin sustento a las familias de quienes fuimos víctimas de ese demencial hostigamiento.

Fueron tiempos difíciles, de penurias, de rabia e impotencia, ante representantes de un gobierno cruel y autoritario, que hizo del escarnio y la persecución su mejor forma de adulación y réplica de una infame “cacería de brujas”, de los que suman alrededor de 300 servidores educativos que perdimos nuestros cargos. Ahora que soplan nuevos vientos con justificado desprecio recordamos a una tristemente célebre exdirectora provincial de Educación, caracterizada por sus exabruptos, por su despotismo y abusos de autoridad y no con menos desprecio a quien fungía como titular Zonal, un militar, quien demostró ser un neófito en legislación educativa y que por su naturaleza debió estar en un cuartel, no en el ámbito de la educación, donde el trato a las personas se desarrolla de manera horizontal, en base a la motivación, el respeto y la equidad.

Algunos compañeros cancelados hacen seis a siete años, ya dejaron este mundo terrenal, muchos se cansaron de una lucha que parecía inútil e infructuosa, otros aún nos mantenemos con los puños en alto y la esperanza de que nuestro legítimo y justo reclamo será escuchado, ahora que pasaron a la historia los jueces y las cortes serviles, como se denunció en la CIDH y lo ha demostrado el nuevo CPC y CS Transitorio, en la década del abuso, los ciudadanos, especialmente servidores públicos, estuvimos en total indefensión, la consigna era, no dar trámite a ningún pedido de acción de protección. Medio centenar de los casos citados están en manos del CPC Transitorio, que cada uno se revise con justicia y equidad será suficiente para que la verdad y la razón brillen, terminando con esta dilatada y masiva infamia.

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