Crisis regional

POR: Manuel Báez R.

La intranquilidad con la que vive la juventud en nuestro Ecuador no es la causa de la crisis sino una consecuencia.

Hay sueños truncados, hay ausencia de espacios, hay conductas que la sociedad y la policía cuestionan sin entender y también hay, desgraciadamente, actos delictivos.

Esta situación que hoy en día es nuestra propia realidad, que está ligada al nivel de pobreza que poco a poco va ahondándose con la aparición de coimadores para hacer más grave la situación.

En toda la región se experimenta la pobreza. En América Latina y El Caribe hay más de 110 millones de personas que viven con menos de un dólar diario.

En el hemisferio o mundo occidental conforman países con pobreza que va acumulando, lo que aleja definitivamente la posibilidad de tratamiento médico a tal punto que el 11 por ciento de la población de la región irá disminuyendo el promedio de vida.

Se incluye en este fenómeno la limitación de los servicios generales de la salubridad.

La pobreza no solo es falta de ingresos sino de la negación de oportunidades básicas para el desarrollo humano, falta de acceso a servicios de salud y alimentación razonable.

Ahora está que otro factor contribuye a esta calamidad, como es la corrupción.

Esta tarea es el reto del Gobierno Central que sería como política de Estado el acabar cuanto antes con este mal, antes de que ese cáncer acabe con nosotros.

Entonces, no hay misión tan trascendental que acabar con esta horrible corrupción y que permita que al cabo salgamos de la crisis, luego emprendamos un real crecimiento con justicia.