Dudas en la economía

Ugo Stornaiolo

Un sondeo de Cedatos revela que a un 69.3% de ecuatorianos les preocupa el futuro, enfocado en la carestía de la vida, pobreza y deuda pública (27,5%), desempleo (5,9%), corrupción (15,3%), inseguridad, delincuencia y violencia (7.2%), drogadicción y alcoholismo (5.2%) y aumento de la migración (4.9%). Esos son indicadores críticos para el gobierno de Moreno.

Genera incertidumbre el manejo económico del régimen, donde el equipo financiero, modificado tres veces (con afines al correísmo -De la Torre y Viteri- y un ortodoxo, Martínez), sumado a propuestas de reactivación que no engranan.

Dudas en el tema empleo (especialmente en lo público), los subsidios y la asistencia social. Otro tema que mina la confianza es la condonación de tributos a grandes empresas, sin haberlo hecho con pequeños y medianos contribuyentes que asumen la pesada carga tributaria.

Otro factor de inestabilidad lo genera la ruptura del oficialismo, que ubica a “morenistas” en Alianza PAIS y “correístas” en Maná. La verdadera oposición a Moreno es de sus excamaradas. Otros grupos políticos oscilan entre el apoyo y el rechazo.

Pocas señales sobre la “cirugía mayor” contra la corrupción realizada, en primer término, por el doctor Trujillo y la fiscal Salazar, sin eco en la Asamblea (y su comisión de fiscalización). Los peces gordos de los negociados correístas andan libres, los que cayeron en prisión atenuaron penas y otros van saliendo de sus celdas (y del país) y no se recupera ni un centavo del dinero robado.

No está claro el papel del gobierno en la crisis de la frontera, con la muerte de 9 personas (periodistas, civiles y militares). No se sabe qué hará el país con Julian Assange (en Londres), pero hay un viraje en temas como Venezuela y Nicaragua, tras la salida de Espinoza.

Moreno habla en el exterior del progresismo moderno sin explicarlo. Es crítico el exceso de funcionarios públicos (unos 700 mil) y el endeudamiento fiscal, sin cambios previstos. Lo positivo ha sido desmontar el correísmo, pero difícil hacer creer que ya no existe, cuando en puestos clave continúan algunos protagonistas de la década perdida.

[email protected]