Las encuestas y la imagen

Jaime Duran Barba

La democracia latinoamericana nació con la independencia, cuando los dirigentes y los electores casi no podían comunicarse. La política dependía de líderes provinciales que hacían acuerdos y mantenían un “aparato” financiado por el Estado. El poder estaba en manos de líderes mesiánicos solemnes a los que no les interesaba lo que sentía la gente común.

La radio, la televisión, la revolución electrónica ampliaron la democracia y la política se hizo cada vez más horizontal. Progresivamente los electores se convirtieron en sujetos que exigían que los escucharan, aunque para los sabios sus inquietudes parezcan banales. La política gira en torno a un concepto: la imagen positiva o negativa de los personajes y de las instituciones.

Pocos conocen la complejidad de este índice multivariado que se construye a partir de variables como credibilidad, confianza, profundidad y muchas otras. Algunos creen que pueden predecir lo que pasará dentro de un año porque alguien cayó unos puntos en una pregunta, pero la encuesta es una foto cuyos resultados pueden servir para comprender lo que pasa si se realiza varias veces a lo largo del tiempo y forma parte de una batería compleja de información.

Los profesionales archivamos nuestras investigaciones. Nosotros hemos realizado estudios en varios países a lo largo de más de tres décadas, archivamos cuanta encuesta conseguimos. Mantenemos relaciones con investigadores de varios países que nos permiten acceder a sus trabajos, asistimos varias veces al año a seminarios en los que conseguimos más material interesante.

Probablemente nuestro archivo es el más grande que existe en la región: contiene más de cinco mil investigaciones realizadas en América Latina durante estas décadas. Con esos materiales y la experiencia de varios especialistas del equipo podemos hacer estudios comparados de personajes e instituciones, en distintos países y momentos históricos, que permiten esbozar hipótesis más generales. También podemos comparar los datos de un mismo personaje en un mismo país a lo largo del tiempo, para analizar la eficiencia y los defectos de sus acciones.

Tenemos también un archivo de los artículos y videos analistas del círculo rojo de nuestros países, que aparecerán en una antología que esperamos publicar. Será muy divertida. Todo está conectado con todo. No es cierto que se puede engatusar a la gente con tesis demagógicas. Los ciudadanos están más informados de lo que creen algunos políticos. Las mediciones no sirven para adivinar el futuro. Cuando están bien hechas permiten corregir errores y conducir una política exitosa.

*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.
(Fuente www.perfil.com).