Petróleo maldito

Eduardo Naranjo Cruz

El recurso energético dominante hasta el momento, es el petróleo y sus derivados, clave de la economía mundial y el sostén del dólar, eso explica la fabricación de guerras y las presiones actuales en todo lado.

La esperanza de los pueblos que lo poseen es tener el dominio de la industria, sin embargo, la historia muestra una gran contradicción, todas las empresas petroleras estatales han terminado siendo la gran fuente de corrupción, puesto que, con las enormes sumas de sobornos, hasta técnicos reputados han caído en ese hoyo.

Dada la complejidad de la industria se requieren especialistas de toda índole, desde geólogos hasta economistas y abogados, pasando por una serie de especializaciones ingenieriles, que ejecuten acción coordinada, de ahí que ciertos expertos mal opinan sobre el tema.

Las más grandes empresas nacionales han caído víctimas del poder de la corrupción y por otro lado han sido profundamente afectadas en su eficiencia, por no tener la autonomía financiera que estas operaciones requieren, de ahí que quizá un cambio de estrategia sería lo mejor, realizando contratos hechos de tal manera que tengan el control de la operación y operadores privados la hagan, esto pese a lo complejo que puede ser, aseguraría la eficiencia.

Eliminando el costo de la corrupción y la ineficiencia estatal subiría la rentabilidad, sin embargo, todos pensarán cómo controlar a las grandes bestias, ahí está lo difícil o imposible. Lázaro Cárdenas al nacionalizar no imaginó dónde irían las cosas.

La única empresa estatal en el mundo que parece tener eficiencia y éxito, siendo estatal, es la noruega Statoil, pero hay que considerar qué normas rigen a ese pueblo y cómo se sostiene esa realidad, en un mar oscuro como el petróleo que crea conflictos y destruye países.

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