“La clase media se está pauperizando”, afirmó el economista Diego Borja en el programa Hora 25, conducido por Andrés Carrión. Los países que tienen salud económica amplían y cuidan su clase media con educación y empleo dignos e incorporar a los sectores empobrecidos a este estrato. En Ecuador, está pasando lo contrario.
La clase media vive un SOS, está sufriendo, vende sus bienes, pierde sus ahorros, se empobrece sin empleo; invirtió en estudios, tiene méritos, ilusiones, apoyo familiar esforzado y, a la hora de las oportunidades, es tomada en cuenta pero para ser pagadora de impuestos y del dinero que se va en trámites.
Estamos heredando una época de corrupción y endeudamiento externo extremo. Se lucha contra ese monstruo pero, paralelamente, debe restituirse el empleo y ejecutarse medidas reparatorias urgentes que levanten a los cientos de miles de desempleados que tuvo el país en estos años. Se perdonó deudas a grandes empresarios para dinamizar la economía, pero faltó reforzar una responsable contraparte legal que implicase generar trabajo para aliviar la economía de muchas familias ecuatorianas empobrecidas.
La asambleísta Wilma Andrade se ha pronunciado porque se perdonen, también, las deudas de los estudiantes becarios. El INEC alertó sobre el desempleo, ojalá la prestigiosa Cedatospudiese, también, investigar el número de desempleados en nuestras familias en cada ciudad.
Cuidemos al país con los objetivos de desarrollo sostenible, ODS: empleo digno y productivo, trabajo decente, infraestructuras resilientes, energías limpias, ciudades y asentamientos humanos sostenibles. ¿Cómo luchar contra la pobreza y la injusticia si el ajuste económico golpeará a la economía familiar?
Dinamarca, como otros países, tiene una clase media con una alta calidad de vida. Japón cuida su educación, el Matsuri, festival japonés que está en Quito, es un homenaje a los 100 años de relaciones entre Ecuador y Japón. Aprendamos de las buenas prácticas de nuestras comunidades sabias y de los países que cuidan la economía sostenible de sus familias, no lo contrario.