El Diabluma de Cayambe, un personaje apartado del mal

PERSONAJES. Los Diablumas de Cayambe tapan sus rostros con una máscara que tiene dos caras y 12 cuernos.
PERSONAJES. Los Diablumas de Cayambe tapan sus rostros con una máscara que tiene dos caras y 12 cuernos.

Es festivo, gracioso y zalamero. Se comunica con señas, cuida al grupo, se encarga del alimento y la bebida.

A este personaje mítico, que antiguamente se le conocía como Diablo Huma, que significa ‘cabeza de diablo’, hoy se le dice Diabluma porque con el paso del tiempo fusionaron su nombre, en una asimilación fonética, contó Osvaldo Imbago, del municipio de Cayambe.

Durante el conversatorio que se realizó a propósito del Segundo encuentro Etnográfico ‘Los diablos se toman Quito’ Imbago relató dos versiones de su existencia. La primera, cuando llegó la conquista incásica hasta el territorio de los Kitucaras y Kayambis y encontraron un guerrero con una máscara de dos caras, que los Incas no sabían si estaban de frente o de espaldas; la segunda, la existencia de cuatro fiestas solares: el Koya Raymi, el Inti Raymi, el Pawkar Raymi y el Kapac Raymmi, que se realizaban en centros ceremoniales como Zuleta, Puntiatzil, Cochasquí, donde se reunían los ancestros y “seguramente lo hacían con este tipo de máscaras para agradecer a la Tierra, al Sol , a la Luna, a la lluvia”.

Un ser sin palabras
Explicó que los personajes que hacen de Diabluma son los líderes de la comunidad o del barrio, “son los hombres más fuertes, más correctos, más trabajadores”.

Señaló que se trata de un personaje importante que encabeza la partida de los bailarines y danzantes, de los aruchicos, las guasicamas y las chinucas (hombres vestidos de mujer).

Este ser nunca habla, solo se dirige por señas. Es el líder del grupo, es el que cuida, el que abre el camino, el que llega a las casas a cobrar el diezmo: chicha, licor, comida y sobre todo “no tiene relación alguna con el mal”. (CM)