Decena trágica

ORLANDO AMORES TERÁN

Luego de constatar los atracos suscitados en la decena trágica 2007-17, llegamos a una conclusión: votaron por un imbécil, un psicópata con delirio de persecución, un resentido social que encontró en el castro-narco-comunismo, el medio para acaparar poder, saciar sus complejos, destruir, saquear y despilfarrar en nombre de una «revolución ciudadana». Cuando se empieza a recuperar la institucionalidad republicana y a investigar los latrocinios en la decena trágica de concentración de poder y abuso; los atracadores van al imperio, a quejarse de «retroceso». Se dicen «revolucionarios» «enemigos del imperialismo yanqui», pero acuden a pedir su protección.

Se toman fotos, junto a la bandera de EEUU que desprecian y la queman en sus manifestaciones narco-comunistas; asquea tanta desvergüenza, pero pone en evidencia la miasma de la que están hechos los oportunistas, los cínicos «revolucionarios». Alegan violación del estado de derecho, porque ya no pueden ordenar a los medios de comunicación, intoxicar la inteligencia emocional del pueblo, haciéndole creer que la incoherencia, la sumisión, el silencio, la mentira, la propaganda engañosa, son normales en el quehacer político; porque en la década infame, los acostumbraron a esas inconductas, desde el ejercicio del poder. No obstante, la organización criminal castro-narco-comunista sigue intacta, hasta ahora Ecuador no recupera un centavo del saqueo, en esta semana logró que un fiscal se abstenga de acusar a implicados en Senagua y un juez rebaje la pena a implicada en atraco al IESS.

Tenemos que demandar la remoción de todo cercano a la organización criminal. Por su parte, el régimen debe actuar, porque están ingresando castro-narco-comunistas, entre los migrantes, con la consigna de desestabilizarlo y formar una guardia de choque, para «recuperar la revolución», en acuerdo con comunistas maduristas, infiltrados en el Ejecutivo y el G2 cubano; mientras otros, van a organismos internacionales, a desprestigiar el mandato contenido en la Consulta Popular, que dispuso eliminar la institucionalidad narco-comunista, a través del CPCCS-T. Lo mismo se proponen en Brasil. La guerra está avisada.

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