Se abusa con los precios

ATILIO RUGEL ALBÁN

Se dice en el argot popular que “el hombre es el único animal que choca dos veces con la misma piedra”. Cuánto hay de verdad en esta reflexión que nace de las entrañas del hombre, que es producto de los atropellos que le impone una sociedad consumista y materialista. Es que somos tan torpes y pocos reflexivos, que todavía seguimos aceptando el discurso insustancial de los que quieren a río revuelto captar posiciones, cuya única meta e ilusión es ver reflejada las locas aspiraciones de ser ricos, acumulando dinero mal habido, robándole al pueblo los fondos destinados para obras y sometiéndonos a la más dolorosa pobreza, resultado de la incapacidad que nos mantiene encerrados en nuestras propias cárceles espirituales.

El ciudadano común de media hacia abajo, a pesar de ser golpeado por las oligarquías, no reacciona ante el atropello; parece que están anestesiados y han perdido su capacidad de lucha. Hay que señalar que todo el dinero que el gobierno de la ‘década perdida’ despilfarró sin escrúpulos y sin pensar en las consecuencias de la cadena de problemas que esto acarrearía, hoy lo estamos pagando quienes hemos vivido del trabajo honrado y dignificante, porque no le hemos metido la mano al bolsillo de nadie y tampoco los malabaristas de los milagros que decían hágase la plata y la plata se hizo.

Si ustedes conciudadanos que viven golpeados por tanta mediocridad y maldad no levantan su voz altiva que retumbe en todos los confines de la Patria, siempre seremos mirados por debajo del hombro y terminaremos asfixiados dentro de la frontera que nos imponen los dueños del poder. Se les ha exonerado a los empresarios deudas millonarias que habían contraído con el Estado, producto de los impuestos que establece la Ley y a pesar de la ventaja que se les da, si ustedes conciudadanos no son tan desprevenidos, cuando acudan a centros comerciales de toda índole, observen que hay medicinas y productos de consumo masivo que en este último trimestre del año han subido el 25 o 30% en sus valores reales.

Y lo que sucede es que en estos negocios tienen una máquina de mano donde cambian las etiquetas de los precios a voluntad de los dueños de negocios, que tratan de obtener mayores ganancias y las autoridades de control no existen porque son pipones que se ganan el sueldo con el menor esfuerzo. Solo para reforzar la agudeza con que actúan los dueños de negocios y empresas, ahora que surgía la posibilidad de que se aumente el precio de la gasolina y el gas, ya tienen la calculadora en mano para duplicar y triplicar ganancias.