Por moda y estatus

Fabián Cueva Jiménez

Hay “confabulación” de una buena parte del mundo en contra de Venezuela. La salida es por “moda y estatus”, dicen Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, cínicos y optimistas, en el desquiciado momento que viven, pero el movimiento migratorio aumenta.

Somos testigos y actores de las tristes experiencias de todos, niños y jóvenes incluidos. Ecuador los ha acogido, miles ya se incluyen en el sistema escolar. Por vivencias personales, aseguro que Venezuela fue un líder en la educación. La OEA apoyaba sus convocatorias a cursos internacionales de jerarquía.

Se desploma el sistema. ANSA, prensa italiana informa que el 45% de los maestros han abandonado la educación pública y 60% la privada. La Universidad Pedagógica Experimental Libertador, ha certificado títulos a 10.000 profesionales para salir del país.

En Venezuela para ser docente no hay que concursar sino ser miembro del PSUV dicen. A los educadores activos los asfixiaron, como en Ecuador, obligándoles a renunciar o jubilarse. Un profesor con pregrado, especialización, maestría y doctorado gana un millón cuatrocientos mil bolívares, o sea, 12 dólares mensuales en el mercado negro.

El orgullo, la voluntad de servicio y la devoción no cuentan. Deserta de la educación media el 75%, donde una tercera parte de la población es joven. Los adolescentes tienen que incorporarse a la fuerza del trabajo, hay imposibilidad de que los padres sufraguen los gastos, y “con hambre ni se enseña ni se aprende”. Hasta en lo rutinario los constantes cortes de luz y agua, y la falta de transporte perjudican.

El caso venezolano es un crimen de lesa humanidad; es un régimen inhumano que atenta de gravedad a la integridad física y mental, en actos generalizados y sistemáticos. ¿Quién se atreve a demandar?

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