Entrevista: Javier Sierra: “Siempre he visto la realidad al contrario de la gente”

Español. El autor, ganador del Premio Planeta, estuvo en Guayaquil y Quito.
Español. El autor, ganador del Premio Planeta, estuvo en Guayaquil y Quito.

El autor de ‘El fuego invisible’ da detalles sobre su libro y sus intereses, en su paso por Ecuador.

El lema de Javier Sierra es: “Hacer fácil, lo difícil”. “El punto es que aquellos temas complejos sean comprendidos para después transmitirlos mejor”, asegura el escritor ganador del Premio Planeta 2017 con su obra ‘El fuego invisible’.

El también periodista estuvo en la pasada Feria Internacional del Libro de Guayaquil y aprovechó para darse un salto por Quito para conversar con su público en un evento organizado por Librería Española. En su paso por Ecuador, aseguró que la deuda queda en visitar la Cueva de los Tayos, lugar que lo ha atrapado desde la infancia. Y por esa imagen de caverna es por donde inicia la charla con La Hora, de su laureado libro.

Tu personaje David, para hacer sus tesis, se encierra en una cueva. ¿Cuándo tú ingresas a una?
Yo creo que Javier no ha salido. Siempre he visto la realidad al contrario de la gente. Apuesto por lo mágico y lo intangible. He tenido la suerte de crearme un habitáculo dentro de la cueva, que te garantiza aislarte de las modas, los ruidos mediáticos.

Y lo dice un periodista…
Fíjate que cuando estudiaba Ciencias de la Educación, yo era el único que no quería estar en política ni en deporte, porque me interesaba hablar de misterio, de ciencia ficción, las páginas que parecerían interesar menos al lector, cuando desde ahí creo está la transformación.

Pensando en los temas que abordas, ¿sientes que se escribe para inmortalizarse?
Sí, de cierta forma, pero eso es colateral. Lo interesante de esto es que si la buscas, no la consigues; y si no la buscas, capaz te atrapa. Eso es la literatura. Borges en sí mismo no buscaba inmortalizarse, pero lo hizo. Yo no la busco y es muy pronto saber si la conseguiré.

En ‘El fuego invisible’ aparece la Montaña Artificial. ¿Te unirías a una logia como esa o a cualquier otra?
Soy bastante franco tirador, me gusta ir libre. No me afiliaría ni a un club de fútbol. No me interesa un partido político o un grupo masón. No desprecio el trabajo y la unión colectiva, pero entiendo que si me uno debo responder a ciertas normas que me son ajenas. Siempre he creído que un autor debe ser libre, y un grupo me ataría. Bueno, lo que te digo quizás es muy ideal, muy Quijote, como buen español.

Pero el Quijote necesita un Sancho…
Es que Sanchos es lo que más hay en la vida. A veces es bueno pelear con los molinos de uno.

Para armar tu libro recorres desde la antigua Grecia hasta literatura norteamericana moderna. ¿Cómo fue ese proceso de trabajo?
Ninguna obra literaria de cierta envergadura se consigue sin un gran esfuerzo. La magia de un libro consiste en un arduo trabajo, que te permite no replicar las cosas. Entonces, viajo mucho, consulto archivos, hago un trabajo de periodismo de investigación y, cuando llega la hora de armar, trato de superar aquello, tengo que elevarme por encima de ello.

¿‘El fuego invisible’ es un canto al conocimiento?
Efectivamente, es un canto a la búsqueda del conocimiento. En el fondo, es Ulises buscando el Vellocino de Oro, sin saber que lo lleva adentro. No me invento nada. Lo que escribo, en el fondo, son relatos circulares iniciáticos.

Si hay un número cabalístico como el 7, ¿por qué juegas con el 8?
Porque el 8 me recuerda a la cinta de Moebius, al infinito. Y, debo decirte, que mucho se debe al impacto que me llegó el libro ‘El Ocho’, de Katherine Neville. Te lo confieso: es un pequeño homenaje al libro que me movió a escribir.

¿Si uno conquista el Planeta, puede comerse el mundo?
(Risas). Te lo pongo así: Si uno conquista el Planeta, tiene una plataforma para conquistar el Universo. Bueno, sé que la pregunta iba por el premio, pero mi respuesta también va porque, como sabes, siempre me ha interesado la vida extraterrestre. Ahora, justamente, vivo entusiasmado con esa onda de 72 pulsos de radio que se han recibido de una galaxia que podría tener vida extraterrestre. Yo siempre brinco con estas noticias.

¿Tú defendiste el caso Roswell?
Así es. Entrevisté a los últimos testigos vivos de la historia, los miré a los ojos y ellos se sinceraron conmigo y supe que ahí, realmente, había sucedido algo. No sé si hubo una nave, quizás fue un accidente nuclear, pero algo pasó. Ese hecho cambió todo el protocolo en cuanto a información OVNI.

Cuando está el Santo Grial de por medio, ¿en qué se diferencia la literatura de Dan Brown y Javier Sierra?
La diferencia es que Brown se queda en el mito, y yo voy al origen. Toda historia tiene una intencionalidad. Soy como un salmón que nada contracorriente, pero créeme que mi carne es más sabrosa que la del que se queda nadando en aguas calmas.

Si te digo Carlos Moya, ¿por qué lo recuerdas?
Por sus enfados.

Yo lo recuerdo por el ranking ATP. No es Nadal, pero estuvo bien ‘rankeado’. ¿Qué se siente haber sido un ‘Top 10’, en 2006, en los mejores libros del año del New York Times?
El primer día, el pecho se te hincha. Cuando han pasado mil días, y espero que pasen muchos más, la respuesta es otra: hice una historia que se entendió y el compromiso está en hacer este tipo de historias: simplemente, que se entiendan.

¿Qué estás preparando?
Soy una mente inquieta y pruebo nuevos registros. Tengo la posibilidad de trabajar en un proyecto de una serie de televisión inspirada en ‘El fuego invisible’. Parece que podría haber una nueva temporada de la serie ‘Otros mundos’, y para esto estoy considerando incluir a la Cueva de los Tayos, porque me pegó desde niño. Es la deuda que tengo con tu país. (DVD)

FRASE

La diferencia es que Brown se queda en el mito, y yo voy al origen”.

Perfil

Javier Sierra Albert

° Escritor y periodista español (Teruel, 1971). Con su novela ‘La cena secreta’ fue finalista del Premio Ciudad de Torrevieja y fue catalogada como No.6 en el ‘Top 10’ de libros del año por el New York Times en 2006. Con su novela ‘El fuego invisible’ alcanzó el Premio Planeta 2017.