Denunciemos

Daniel Jerez

Ante situaciones de violencia, abuso, corrupción, violación de leyes y derechos es nuestro deber como ciudadanos DENUNCIAR y buscar alternativas para que estas cosas no sucedan. Al callarnos podríamos volvernos cómplices de estos actos y más si somos víctimas, dejamos que las cosas pasen y se reproduzcan, muchas veces hasta que parezcan prácticas normales o cotidianas.

Históricamente la violencia ha sido normalizada por nuestra sociedad desde la forma de educar, donde condicionamos a través del castigo físico, por lo que asumimos que si alguien golpea a otra persona es por su bien o porque se lo merece, más tarde va a resultar difícil que victimas de violencia puedan romper el silencio y denunciar por ese miedo creado como parte del diario vivir.

Aparecen otros fenómenos como la intimidación, acoso, abuso o la vulneración de derechos, donde muchas veces callamos para no meternos en “problemas” y solo resultamos simples espectadores de situaciones que pueden cambiar al dejar el silencio, denunciar y visibilizar para que esto no suceda o que talvez se tomen correctivos a través de las instancias pertinentes.

Aún algo más común, es la corrupción que sucede sin distinción en el sector público y privado, donde el dar coimas para agilitar trámites o ganarse puestos es algo que toca hacer, donde denunciar no se puede porque se pierde el trabajo, la confianza o simplemente no se realiza el trámite. Ser ciudadanos consientes nos lleva a denunciar a estos malos funcionarios y mejorar las cosas, no solo a través de la dinámica de denuncia para que se produzca un castigo, sino, que con esto se pueda romper la cadena y el silencio, crear conciencia que debemos hacer las cosas correctamente, que vivimos en una sociedad donde todos pueden tener oportunidades, acabar con la desigualdad, la opresión y garantizar derechos.

Denunciar se vuelve un acto de valentía en este tiempo, busquemos entonces las vías correspondientes según el caso para hacerlo, no seamos parte del silencio cómplice y que esto genere una conciencia social para mejorar las prácticas de convivencia, ayude a que vivamos en paz, que se sienta un progreso generalizado y que nuestra sociedad al fin se humanice.