Brasil

Freddy Rodríguez García

Mañana es un día crucial para el gigante latinoamericano, Brasil. Luego de la destitución de Dilma Rousseff del cargo de Presidenta, y gracias a la conmoción política originada en los escándalos de corrupción que llevaron a la cárcel al político más popular de aquel país,

Luiz Inácio Lula Da Silva, que le impide terciar por la presidencia, el mapa político se trastocó totalmente, y la elección de mañana para la primera magistratura, salvo una improbable sorpresa, se dilucidará entre dos populistas: uno de derecha, Jair Bolsonaro, y uno de izquierda, Fernando Haddad, heredero político de Lula.

Lo que sí casi nadie duda, es que la elección no se concretará en la primera vuelta, ya que ninguno de los candidatos cuenta con un respaldo superior al 50% de los votantes. Bolsonaro ha sido catalogado como un hombre extremista, racista, homofóbico y machista (¡vaya currículum!), tanto así que lo comparan nada menos que con Trump, per su discurso ha calado hondo, tanto en los que por nada del mundo quieren a un heredero de Lula en el poder, como por aquellos desencantados del sistema y de la violencia que asola a las principales ciudades; admirador confeso de la dictadura militar que gobernó Brasil desde 1964 hasta 1985, no ha tenido reparos en hacer la apología de los métodos más violentos e inhumanos para supuestamente controlar a la delincuencia. Por el otro lado Haddad, designado a última hora en reemplazo del encarcelado Lula, supuestamente seguiría la política de su mentor, pero muchos lo consideran más izquierdista en temas económicos, sin compromisos con los sectores más moderados.

Los candidatos de centro y centro izquierda, Ciro Gomes, Marina Silva y Geraldo Alckmin, son vistos “tibios” o “insípidos”, y se encuentran muy lejos en las encuestas, por lo que difícilmente superarán el 10% de los votos. No obstante la ventaja que hasta hoy tiene Bolsonaro, parecería que sus niveles de rechazo son demasiado altos, por su tendencia neo fascista, y muy difícilmente superaría en una segunda vuelta a Haddad. ¿Cuál será “el mal menor”?: un heredero de Lula, con el temor de que sea éste quien realmente gobierne, o un populista de extrema derecha?