¿Piedad?

Juan Sebastián Vargas

Alberto Fujimori gobernó con mano dura al Perú en la década de los 90, si bien su elección fue por mandato popular, en el año 1992 disolvió el congreso, intervino el poder judicial, generó una persecución a la oposición y convocó a una constituyente para promulgar justamente una nueva constitución donde se atribuyó poderes especiales, de hecho desde ese momento se autodenominó como “Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional”. ¿Les suena familiar? Pues sí, en otras palabras se convirtió en un dictador y así fue considerado durante toda la década que gobernó a nuestro vecino del sur, si bien hubieron avances económicos y una lucha constante contra el terrorismo los mismos se vieron empañados por una administración totalmente corrupta a tal punto que se creó una inescrupulosa red liderada por su mano derecha el famoso Vladimiro Montesinos, quien era el encargado de organizar los grupos paramilitares, coordinar asesinatos selectivos, desapariciones forzadas, comprar a opositores del Fujimorato y se les atribuye también las masacres de Barrios Altos en 1991 y La Cantuta en 1992, es decir el gobierno estuvo lleno de excesos que al final terminaron con una condena de 25 años de cárcel que la venía cumpliendo hasta que se le fue otorgado un indulto de una forma “políticamente estratégica” por parte de Pedro Pablo Kuczynski.

A sus 80 años el final de Alberto Fujimori es deshonroso, quizá para muchos digno de su proceder, esta semana grabó un video desde la cama de un hospital y custodiado por policías suplicando piedad al Presidente Vizcarra para que el indulto otorgado no sea levantado y textualmente implorando que no lo condenen a muerte que desde mi percepción resulta humillante para un exgobernante y es que resultan dramáticas sus palabras que hasta podrían llegar a convencer a cualquier persona que no sabe a detalle todas las barbaridades cometidas durante su mandato.

Y es que como dice ese viejo refrán; “la justicia no corre, pero atrapa” a Fujimori le pasó factura todos esos años de autoritarismo desmedido y es ahí cuando nos preguntamos ¿es procedente el indulto? pues la historia lo está juzgando y al parecer sus últimos años de vida los pasará tras las rejas.