CARLOS CONCHA JIJÓN
El mal que ha ocasionado la refinería de Esmeraldas a la colectividad esmeraldeña, ha sido una constante con la contaminación del medio ambiente, impactando negativamente a la población, al río Teaone y río Esmeraldas, a especies como peces, crustáceos, aves y otros animales que se abastecen del agua. Me llamó mucho la atención cuando llegué a saber que el paro había terminado y que el Gobierno entregaría dinero, por 18 millones de dólares para obras como ‘compensación’, tamaña barbaridad, no llegué a entenderla, mas sabemos, que la refinería ha contaminado y sigue contaminando.
Las afectaciones respiratorias, llagas en la piel, manejo inadecuado de los desechos como la sosa gastada, 27 patologías en la refinería y un alto número de defunciones a causa del cáncer, demuestran la gravedad del caso. También se ha denunciado el impacto nocivo de los gases que emana la refinería, siendo los niños los más afectados con problemas de las vías respiratorias. Se sabe fehacientemente por noticias de los medios de información, que la refinería sirvió de manera efectiva a grupos que se enriquecieron a través de contratos y subcontratos, sin embargo, ningún gobierno ha puesto en práctica un plan de remediación, como parte de la reparación que se le debe al pueblo que ha sido afectado.
Se conoce, como información de entendidos en la materia, que la refinería genera gases mortales como anhídrido carbónico, derivados del ácido sulfúrico, del nitrógeno, etc. y que los filtros que debieron instalarse no fueron oportunos. ¿Negligencia o qué? De tal manera, como aún no se han efectuado los correctivos necesarios, como remediación, como tampoco se ha dado una reparación, invoco a una reactivación del Comité de Paro con planteamientos claros, no para ir a una guerra contra el Gobierno, sino para sensibilizarlo a una real reparación, que estoy seguro tendrá el respaldo patriótico del pueblo, para que se efectivice, caso contrario, será este mismo pueblo quien demostrará una vez más, su valor e heroicidad histórica.