La cocina tradicional manabita fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial

El Ministerio de Cultura y Patrimonio y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural reconocieron el pasado jueves 18 de octubre a la Cocina Tradicional Manabita como Patrimonio Inmaterial del Ecuador, durante la Sesión Solemne por los 198 años de Independencia de Portoviejo.
El Ministerio de Cultura y Patrimonio y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural reconocieron el pasado jueves 18 de octubre a la Cocina Tradicional Manabita como Patrimonio Inmaterial del Ecuador, durante la Sesión Solemne por los 198 años de Independencia de Portoviejo.

Redacción QUITO

El Ministerio de Cultura y Patrimonio y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural reconocieron el pasado jueves 18 de octubre a la Cocina Tradicional Manabita como Patrimonio Inmaterial del Ecuador, durante la Sesión Solemne por los 198 años de Independencia de Portoviejo.

El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural Zonal 4, con la participación comunitaria y el apoyo de Gobierno Autónomo Descentralizado del Cantón Portoviejo, trabajaron en la investigación de la cocina manabita.

Se realizó el inventario que recopiló 142 fichas de preparaciones tradicionales de las siete parroquias rurales del cantón Portoviejo; se identificaron técnicas y conocimientos con mayor vigencia y arraigo cultural en la preparación de alimentos con la utilización de productos de la zona.

Este reconocimiento se otorga al amparo de los artículos 70, 80 y 81 de la Ley Orgánica de Cultura, su Reglamento General y la Normativa Técnica de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, en consideración de que la Cocina Manabita abarca una riqueza de usos sociales, que incluyen una serie de prácticas en el cuidado de animales, uso de huertos, pesca y elaboración de objetos y herramientas tradicionales que sirven para elaborar platos representativos de la provincia de Manabí.

La cocina tradicional de Manabí, forma parte de la trama de una serie de conocimientos y técnicas relacionadas con los usos de las cuencas de los ríos Portoviejo (Río Grande) y Río Chico, además del mar, cuyo aprovechamiento de recursos naturales, siembra, actividades pecuarias y pesca artesanal para la obtención de alimentos requieren mecanismos de salvaguardia para continuar con su vigencia.