Cobros indebidos

LUIS COELLO KUON-YENG

Mauricio Ayora, conocido como ‘Caterva’, es un periodista del canal incautado TC Televisión. En el programa llamado ‘El Noticiero’, hizo una denuncia de tipo personal. Él manifestó que realizó un reclamo a una entidad bancaria por débitos en su cuenta de ahorros, sin que él lo haya autorizado y sin siquiera existir un documento a través del cual certifique que él dio el visto bueno para que se le realicen esos cobros. Tras esta denuncia, él fue separado de ese espacio noticioso por algunos días, para posteriormente ser reintegrado.

Las autoridades del canal TC Televisión argumentaron que: “la separación temporal del periodista se debió a que realizó esa denuncia de carácter personal sin la debida socialización con los productores. Además, manifestaron que Ayora había violentado procesos y protocolos en periodismo, por tal motivo se tomaron acciones inmediatas por incumplir con el reglamento interno de la empresa en donde se especifica que no se puede realizar uso de la pantalla para difusión de contenido informativo en beneficio personal. La libertad de prensa está atada siempre al respeto, a los derechos del otro y a un trabajo periodístico ético, veraz y contrastado”.

Una parte de la denuncia hecha por Mauricio Ayora decía lo siguiente: “Háganse cargo (Asamblea, Fiscalía), están debitando al pueblo que cinco dólares, que once dólares, que veinte dólares, ciertas instituciones, ciertas empresas, ciertas firmas que solo atienden por call center y yo no sé por qué los bancos les dan nuestra plata sin ningún documento firmado, solamente disque porque han llamado por teléfono”. Lo dicho en ese espacio noticioso fue como colocar el dedo sobre la llaga y activar una cascada de eventos que decantaron en la indignación de la gente y el apoyo irrestricto al periodista y el rechazo furibundo y contundente hacia los cobros indebidos y no autorizados por parte de los bancos en beneficios de industrias y empresas que ofertan sus beneficios.

Esta modalidad de sustracción de dinero por medio de supuestas aceptaciones telefónicas de los bancos a los clientes, pasa desde hace mucho tiempo y en realidad nadie se atrevía a denunciarlo. El principal aspecto para no dar a conocer estos actos malhadados, era probablemente las irrisorias cantidades, pero si sumásemos el monto total mensualmente de todos los afectados, la cantidad ascendería a millones de millones de dólares. Yo también fui víctima de este tipo de cobros, mensualmente se me debitaba de mi cuenta 3.50 dólares. Logré enterarme por facturas que llegaban a mi correo electrónico. Reclamé a la empresa aseguradora y el que contestó dijo que yo había aceptado el descuento, algo que jamás hice ni verbalmente ni por escrito. Las autoridades deben poner mano firme y sancionar.

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