Circo: tentáculos y marionetas

Mariana Velasco

Urge reconstruir el tejido de la institucionalidad destrozado y evitar se juegue con la fe pública, se burlen de la justicia y desafíen a las instituciones. Los ciudadanos de a pie, sentimos la bofetada. El fiscal debe actuar urgente en contra de las denuncias sobre casos donde los dineros públicos están en entredicho y recuperar los recursos del estado.

Como en el circo hacen magia, para desde la justicia movida por tentáculos a control remoto, manejar las marionetas y no imputar a quienes deshonran la función pública, quienes valiéndose de argucias evitan el peso de la Ley, en aras a la impunidad otorgada por un poder judicial inepto o corrupto.

Los ciudadanos esperan de la justicia reglas claras, procesos simples y resultados visibles. La justicia debe ser transparente en su modo de actuar, eficiente en su visión estratégica, efectiva en la gestión interna y oportuna en garantizar el debido proceso.

El ambiente de opacidad creado en el país, en medio de distractores mediáticos, demuestra que uno de los factores que destruye al ser humano es una política sin principios. Falló el sentido de olfato del gobierno de Lenin Moreno.

Un exministro, acusado de peculado, anuncia al operador de justicia que “me he despojado del dispositivo electrónico (…) al momento ya no me encuentro en el país, estoy en tránsito hacia un país que me ha concedido asilo”. Grilletes mágicos que prueban la vulnerabilidad de los dispositivos electrónicos chinos.

Trago amargo para el pueblo y autoridades ecuatorianas, cuyos argumentos no demuestran que el gobierno es cada vez más efectivo, eficiente y abierto para sustentar sus políticas públicas con mayor evidencia y fortalecer su capacidad de ejecución. Señor Presidente, la ingenuidad es una locura mayor que la política.

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